Posts tagged ‘Privatización de la Sanidad’

abril 29, 2013

Sanidad S.A.

Iturria: Esther Vivas / Publico.es – 2013/04/29

Adiós a la sanidad pública. A partir de ahora se impone la “dictadura de la cartera”: pagar para que te operen cuanto antes, pagar para que te trasladen en ambulancia, pagar por una habitación individual y una butaca reclinable en el hospital, pagar, pagar y pagar. Así se resume el futuro de nuestro maltrecho sistema sanitario. Con la crisis todo tiene un precio, y la sanidad no es una excepción.

Se impone un modelo sanitario de primera y de segunda, en función de la capacidad adquisitiva, ya no de los ciudadanos sino de los clientes. Atrás quedaron los derechos universales. Todo se vende y todo se compra. Y nosotros nos limitamos a abrir la billetera y a abonar, si podemos, la cuenta. El Hospital Sant Pau, en Barcelona, ha puesto en marcha una vía que permite a los pacientes ser operados al margen de las listas de espera, eso sí previo pago de una cuantiosa suma de euros. ¿Esperar más de ocho meses para que te operen de varices? Qué va. Si tienes efectivo, directo al quirófano.

El Hospital Clínic, en Barcelona, ha puesto en marcha, también, un sistema de financiación paralelo al más puro estilo Sol Meliá. “Confort y tranquilidad a su alcance”, podría ser el anuncio de las habitaciones individuales ofertadas a sus pacientes. Total: 70 euros, habitación individual más cama para acompañante. Oferta: 40, habitación individual con butaca. Sólo accesible, eso sí, a quienes se lo puedan pagar. Y no es el único. Los hospitales de Vic, Berga, La Seu d’Urgell, Blanes y Campdevànol ofrecen, también, sillas reclinables al “módico” precio de 5 euros.

Ir al hospital se ha convertido en un gasto extra. Si hace años, la hospitalización incluía agua, material higiénico, medicación, toallas… ahora ya no. A nuestros impuestos destinados al sistema sanitario, hay que añadirles, ahora, un desembolso adicional. O dicho de otro modo: más copago, perdón, repago.

Los hospitales catalanes justifican estas medidas por los recortes sanitarios. Y es cierto. Desde la llegada a la Generalitat de Convergència i Unió, la política de las tijeras ha sido implacable. Pero, asimismo, los casos de corrupción y malversación de fondos no han dejado de salpicar la cúpula del sistema sanitario en Catalunya. La ejecutiva del hospital Sant Pau está siendo investigada, por el juzgado de instrucción número 22 de Barcelona, por desfalco de fondos públicos, pago de sobresueldos a directivos, indemnizaciones injustificadas, irregularidades en contratos públicos, etc. Y mientras dicen no tener alternativas y recortar, acumulan un patrimonio, como recientemente se ha descubierto, que genera una renta anual de más de 10 millones de euros. Que, por cierto, nadie sabe dónde va a parar.

Los antiguos máximos responsables del Institut Català de la Salut y el CatSalut Josep Prat y Carles Manté están acusados, asimismo, de malversación y estafa con fondos del Ayuntamiento de Reus. En concreto, se investigan pagos irregulares desde el Ayuntamiento de Reus, en el que Josep Prat era el máximo responsable de la empresa municipal Innova, a Carles Manté, por valor de 720 mil euros, entre los años 2007 y 2011, por servicios que el mismo Ayuntamiento considera inexistentes.

La revista comarcal CafèambLlet, con sus modestos recursos, destapó, asimismo, la desaparición de 2,4 millones de euros de los hospitales de Blanes y Calella, los pagos irregulares, de 37 mil euros, de dichos hospitales al ex-alcalde de Lloret de Mar Xavier Crespo, hoy imputado en el Caso Clotilde, la entrega de 20 mil euros por alquileres de los que no consta ningún contrato, el pago de 4 mil euros a un médico por una guardia de 12 horas, etc. La lista resulta interminable. Estos casos son un claro ejemplo de cómo la sanidad pública se ha convertido en un nido de corrupción, fraude y robo a las arcas públicas.

Pero aquí no acaba la historia. Las actuales políticas de recortes en el sistema sanitario tienen un impacto directo en nuestras vidas. O sino que se lo digan a Felipe Rivas, vecino de Tarragona, que en diciembre del 2012 sufrió un infarto de miocardio y al llegar al hospital Joan XXIII de Tarragona le dijeron que tenía que desplazarse a Barcelona, porque la unidad que trata estos casos, la única en la provincia de Tarragona, ya cerraba. Su horario: de 8h a 17h de lunes a viernes. No importa que el tiempo sea un factor vital para salvar vidas en casos de infarto. De hecho, el jefe del servicio de cardiología del hospital Joan XXIII, Alfredo Bardají, admite que desde hace dos años reclaman que se amplíe dicha jornada. Los recortes, pero, no lo permiten.

El cierre de centros de atención primaria, de urgencias nocturnas, los recortes en ambulancias, la reducción en las ayudas al fomento de la donación y el trasplante de órganos, etc. son medidas que afectan de lleno nuestra salud. Apostar por los servicios públicos, por la sanidad, al contrario de lo que nos dicen, no es ningún gasto sino una inversión. Y un derecho que todo tenemos y al que contribuimos con los impuestos que pagamos.

Pero, ¿hasta dónde hemos llegado? Ahora incluso El Corte Inglés anuncia operaciones a la carta. Éste es el caso de El Cortes Inglés de Princesa, en Madrid, que cuenta con un  stand de HM Hospitales que ofrece información sobre intervenciones médicas y quirúrgicas de cataratas, varices, hernias, prótesis de cadera y rodilla, hemorroides, etc. Se informa de los servicios, de la técnica de la operación, del tiempo estimado de ingreso, de las tarifas, y si el cliente está interesado puede contar, además, con la inestimable financiación de la tarjeta de El Corte Inglés.

La sanidad pública, junto con la educación, se ha convertido en un jugoso pedazo del pastel que el capital privado espera repartirse en el banquete de la crisis. La Sanidad S.A. ya ha llegado. En nuestras manos está evitarlo.

abril 25, 2013

¿22 Euros por esto? La estafa de la privatización de las cocinas hospitalarias

Iturria: LAB Sindikatua – 2013/04/25

Las comidas que Mediterranea de Catering da a cada paciente en Navarra ascienden como mínimo a un total de 22 euros diarios. LAB Sindikatua ha querido querido mostrar lo que se puede comer y hacer en Pamplona durante todo un día con un presupuesto de 22 euros, y demostrar así la estafa de la privatización de las cocinas a manos del Gobierno de Navarrra y de la concesionaria Mediterranea de Catering.

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marzo 27, 2013

Concentración en el Complejo Hospitalario de Navarra para exigir información sobre la infección por Listeria de un paciente

Iturria: noticiasdenavarra.com – 2013/03/27

Los convocantes han denunciado el «oscurantismo» de la consejera de Salud y han demandado «transparencia y responsabilidades»

Usuarios y trabajadores del Complejo Hospitalario de Navarra se han concentrado en la entrada del edificio Materno Infantil para exigir información respecto a la relación entre un caso de infección por bacteria Listeria y la alimentación proporcionada a los enfermos.

La concentración, según informa LAB, se ha convocado ante la alarma que ha provocado la información de DIARIO DE NOTICIAS, según la cual un paciente permanece ingresado en la UCI del CHN con Listeria, una bacteria hallada en febrero en el menú hospitalario, aunque se desconoce el origen de la enfermedad en este caso.

Desde el Gobierno foral se ha afirmado que no hay ninguna relación entre esa infección y la alimentación y desde la empresa Mediterránea de Cátering se ha defendido la «calidad y seguridad alimentaria» de su servicio y se ha asegurado que «nunca» ha existido ningún riesgo para la salud de los pacientes.

En la concentración se han mostrado carteles con el lema «queremos saber ¿intoxicación alimentaria?» y se han coreado consignas en favor de la rescisión del contrato y la reversión de la cocina al sistema público.

Los convocantes han denunciado el «oscurantismo» de la consejera de Salud y han demandado «transparencia y responsabilidades», al entender que con «la cocina pública no se generaban problemas de ese tipo y que la reversión a lo público es la solución».

ELA exige una investigación sobre el origen de la bacteria detectada en CHN

El sindicato ELA ha exigido una «investigación profunda» sobre la aparición de la bacteria Listeria en el Complejo Hospitalario de Navarra, a la vista de que hay al menos un paciente grave por la acción de dicho agente. Así lo ha indicado en un comunicado en el que ha recordado que esa misma bacteria ha sido detectada en alguna de las comidas que sirve la cocina privatizada del Complejo Hospitalario, por lo que debe comprobarse «si la gravedad de dicho paciente ha sido provocada o no por el producto que ofrece Mediterránea de Catering». De ser así, ELA exigirá al Gobierno de Navarra y a la consejera Marta Vera las máximas responsabilidades políticas. Al respecto ha añadido que «en el caso de que se descartara este supuesto, la alarma creada es un factor más que obliga a la reversión inmediata de las cocinas al sistema público».

Concentración en el CHN para exigir información sobre la infección por Listeria de un paciente. (Oskar Montero)

Concentración en el CHN para exigir información sobre la infección por Listeria de un paciente. (Oskar Montero)

marzo 22, 2013

Movilizaciones en Donostia y Txagorritxu contra los recortes en Sanidad

Iturria: Gara.net – 2013/03/22

Los hospitales de Txagorritxu y Donostia volvieron a convertirse ayer en escenario de sendas movilizaciones en defensa de la sanidad pública y en contra de los recortes. La protesta del hospital alavés estaba convocada por la junta de personal, mientras en Donostia, las secciones sindicales de ELA, LAB, SAE, CCOO, UGT y UTESE dieron cuenta de la recogida de firmas iniciada el pasado mes de enero y que lleva ya recabadas un total de 9.179 adhesiones a favor de una sanidad «pública, universal y de calidad».

Tras una concentración celebrada junto al centro hospitalario donostiarra bajo el lema «Zerbitzu publikoen alde. Murrizketarik ez», el portavoz del sindicato LAB, Juanra Villarubia, acompañado de la portavoz de SAE, Idoia Usón, informó de que las firmas serán entregadas al consejero de Sanidad, Jon Darpón.

Denunciaron que los recortes se ven plasmados «en disminución significativa de sustituciones del personal, aumentos de jornada efectiva o el deterioro de la calidad asistencial que oferta Osakidetza por el consiguiente aumento de las cargas de trabajo y listas de espera».

LAB llevará a la mesa sectorial de Osakidetza, que tendrá lugar hoy, el derecho a la negociación colectiva y la creación de empleo en la sanidad pública.

marzo 15, 2013

El silencio de las cocinas

Iturria: Javier Guzmán / Rebelión – 2013/03/15

Estos últimos días hemos visto en los diarios el escándalo de la comida “basura” y lo que los enfermos tenían que tragar gracias al menú del Hospital de Navarra cuya concesión estaba en una empresa de catering

¿Por qué la comida del sistema hospitalario público puede estar empeorando? Durante estos últimos años se ha producido un fenómeno, la externalización del servicio y la ocupación de ese nuevo mercado por parte de grandes empresas de restauración colectiva. Debemos preguntarnos si existe alguna diferencia entre un hospital que disponga de cocina propia, con personal propio, que compre sus ingredientes en la zona y que elabore la comida en la misma cocina, respecto a otro sin cocina donde los platos se elaboren en cocinas centrales alejadas del centro, basadas en alimentos altamente procesados y precocinados, comprados en grandes cantidades. Esto es exactamente lo que está pasando en el sistema educativo y sanitario público con respecto a su servicio de comedor. La sustitución de un modelo de proximidad y calidad por un modelo de negocio para grandes empresas.

En 10 años se ha duplicado el grado de externalización del servicio de restauración colectiva, actualmente el índice de concesión es del 65% del total (con un volumen estimado de unos 530 M.€ de facturación) y esas cifras no paran de crecer.

En ese mismo periodo se ha concentrado enormemente la prestación de ese servicio y actualmente solamente dos empresas controlan una de cada cuatro comidas en hospitales y escuelas. Empresas que buscan únicamente beneficio, y una administración pública que no tiene en cuenta que la restauración colectiva es un servicio muy especial, pensado para lo que se conoce como un “consumidor cautivo”, aquel que tiene muy pocas o ninguna posibilidad de elegir otra forma o lugar dónde comer, parece difícil imaginarse un consumidor más cautivo que un paciente hospitalario, un niño de primaria o una persona que acude a un banco de alimentos.

¿Quién decide qué comemos en los hospitales? ¿Quién decide lo qué comen nuestras hijas e hijos en los comedores escolares? ¿Cómo se toman estas decisiones? ¿Se prioriza la calidad y la salud o reducir costes para generar beneficios? ¿Quién produce esos alimentos? ¿De dónde vienen? ¿Se podría ofrecer ese servicio con otros criterios?

Javier Guzmán. Director de VSF Justicia Alimentaria Global

marzo 14, 2013

Todo lo que querias saber sobre la privatizacion de la sanidad y nadie te ha contado hasta ahora

Iturria:  casmadrid.org / Attac.tv – 11.02.13

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marzo 11, 2013

Salud intenta silenciar a los trabajadores de Osasunbidea

Iturria: noticiasdenavarra.com – 2013/03/11

Pide en un correo interno que ‘se delate’ la actividad informativa para evitar la difusión de incidencias en la cocina, que prosiguen

Las informaciones sobre las incidencias de la cocina hospitalaria incomodan a Salud, de ahí que la dirección del Complejo Hospitalario haya decidido intentar silenciar a la plantilla a través de un correo interno en el que recuerda la potestad del departamento para autorizar la actividad informativa en el CHN.

Esta semana los problemas en el servicio de alimentación han saltado de los medios locales a programas televisivos de alcance estatal de al menos cuatro canales, las fotos de las dietas realizadas por pacientes y profesionales han dado la vuelta al mundo, las redes sociales hierven con la polémica, protagonista de blogs y plataformas ciudadanas on line, todo un despliegue que ha puesto en el centro de la diana a los gestores sanitarios navarros y a la adjudicataria de la cocina externalizada, Mediterránea de Catering. La respuesta del departamento no ha sido novedosa, intentar matar al mensajero para enterrar el tsunami social y que tortillas verdes, habas que rebotan y pacientes en huelga de hambre dejen de ser motivo de conversación entre la ciudadanía y objeto de mofa en Internet.

El pasado miércoles un e-mail de la Dirección de Enfermería del CHN recordaba que «es el director del Complejo Hospitalario quien debe autorizar la realización de cualquier filmación, entrevista y cualquier otra actividad que esté relacionada o que tenga lugar en el Complejo». Además, el texto también pide una actitud colaborativa a la hora de informar sobre esta cuestión. «Rogamos igualmente que se informe sobre cualquier petición o incidencia en este sentido», recoge el correo.

«TAPAR LA BOCA» La llamada de atención ha sido interpretada por trabajadores como un intento de «taparles la boca» a ellos y a los pacientes para enfriar la polémica. «Está claro que no quieren que trascienda lo que está sucediendo en el Complejo Hospitalario con la comida. No pueden decir que sea para proteger a los pacientes porque hasta ahora ninguno se ha quejado de la presencia de los medios de comunicación, más bien al contrario, han encontrado en ellos un vía para su frustración», afirmó ayer una enfermera del centro. «Es de la comida de la que hay que protegerles», añadió.

La dieta continuó ayer siendo motivo de queja entre enfermos. Pacientes del complejo manifestaron su disconformidad con la comida de la pasada jornada, pese a que el jefe del Servicio de Dietética y Nutrición dijo el jueves en la Comisión de Salud que el lunes, día 4, suponía un punto de inflexión para la mejora del servicio, al disponerse ya del libro con dietas validadas, sin el que se han estado sirviendo menús hasta esa fecha.

Pescado sin terminar de cocinar y con un olor desagradable, purrusalda de un color y aspecto muy alejados del habitual en las mesas de los navarros y servida, además, a enfermos con problemas en el aparato digestivo, pese a ser una verdura que provoca flatulencia, formaban parte de la dieta de ayer en el Complejo Hospitalario.

La petición para la reversión al servicio público de las cocinas hospitalarias sigue ganando apoyos. La web change.org superaba ayer las 21.400 firmas.

Las claves

El sindicato ELA criticó «firmemente» la «desvergüenza» de la empresa que gestiona el servicio de cocinas del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), Mediterránea de Catering, y destacó que «si hay casi mil reclamaciones, es por la nula calidad del servicio». En un comunicado hecho público ayer, el sindicato exigió, además, a la empresa «una rectificación pública por las últimas acusaciones infundadas de la dirección de Mediterránea de Catering». En concreto, explicó que «un directivo de esta empresa ha tratado de esconder su incompetencia echando la culpa al colectivo de enfermería, pero está claro que si hay casi mil reclamaciones es por la nula calidad del servicio». «Eso no se puede esconder, tampoco con mentiras», agregó. Finalmente, ELA insistió en que seguirá «defendiendo el trabajo de todos los empleados del Servicio Navarro de Salud» y volvió a reclamar «la reversión inmediata de las cocinas hospitalarias al servicio público». ELA se suma así a la indignación que las palabras del responsable de la empresa en Navarra, Javier Carrecedo, provocó en el Colegio de Enfermería, el sindicato de Enfermería SATSE y LAB, al acusar a las enfermeras de rellenar reclamaciones de pacientes.

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Taza de leche con un grumo gigante de proteína en polvo. (D.N.)

marzo 4, 2013

¿Cómo se gesta y a quién beneficia la privatización de la sanidad?

Iturria: Ángeles Maestro / Attac – 2013/03/04

Mucha gente piensa que la privatización de la sanidad es un fenómeno reciente producto de las políticas del PP. Este es un grave error, un mal diagnóstico, que impide un tratamiento adecuado de las causas, porque al igual que en una enfermedad, si tratamos sólo los síntomas no estamos actuando eficazmente y el proceso se agrava.

Las privatizaciones de empresas y servicios públicos forman parte medular de la respuesta del gran capital a la gran crisis económica que vivimos ahora, que se inicia en la década de los setenta. Las políticas neoliberales forman parte de una estrategia general dirigida a intentar reducir la caída de la tasa de ganancia: drástica reducción de la fiscalidad de las rentas del capital, instauración de políticas de reducción del déficit —con la correspondiente disminución de presupuestos sociales—, liquidación de derechos laborales y sociales y privatizaciones.

Son políticas de largo alcance, implementadas por gobiernos de todo color político, en un marco de lucha de clases marcado por la cooptación de las cúpulas sindicales y el correspondiente retroceso del poder de la clase trabajadora.

El primer asalto de las privatizaciones tiene lugar sobre las empresas públicas. El negocio privado está asegurado, no sólo porque se venden a precio de saldo y prácticamente en régimen de monopolio, sino porque en la medida en que producen bienes de primera necesidad (luz, combustibles, transportes, comunicaciones, agua, etc) la clientela está asegurada. En el Estado español este proceso lo inicia el PSOE a mediados de los ochenta coincidiendo con la entrada en la CEE y es continuado por los gobiernos del PP.

El segundo asalto son los servicios públicos, y sobre todo la sanidad, que consume un porcentaje considerable del PIB (el 7% en 2013).

Ya con el gobierno de UCD tuvieron lugar reuniones en el Ministerio de Sanidad en las que participaron aseguradoras privadas, industria farmacéutica, representantes de bancos y grandes empresas, junto a dirigentes de los grandes medios de comunicación. El objetivo era planificar, y financiar, campañas de desprestigio de la sanidad pública. El argumentario es bien conocido: es burocrática, despilfarradora, poco ágil y su personal rinde poco porque tiene su trabajo asegurado, frente a la competitividad y la eficacia de la empresa privada.

En el año 1991 se pretendió dar un salto cualitativo. El Pleno del Congreso aprobó la elaboración de un Informe para la Consolidación y Modernización del Sistema Nacional de Salud. El PSOE, gobernando con mayoría absoluta, encargó su elaboración a Fernando Abril Martorell, antiguo Procurador de las Cortes de Franco y vicepresidente del Banco Central Hispano. El Informe era todo una guía para la preparación de la sanidad para su privatización, incluyendo la introducción de copagos por el uso de servicios sanitarios y de los medicamentos para los pensionistas. La presentación pública del Informe fue abortada porque como diputada, entonces, de IU, tuve acceso a sus conclusiones y pude hacerlas públicas, convenientemente explicadas, antes de que fueran presentadas oficialmente. Ante el enorme rechazo suscitado el Informe nunca fue votado en el Parlamento pero sus propuestas básicas fueron ejecutadas.

Se procedió a la privatización —“externalización”—  de servicios hospitalarios tales como limpiezas, lavanderías, cocinas, ambulancias, etc, y se ampliaron progresivamente los conciertos con la sanidad privada de la cirugía de baja complejidad (la más rentable), radiodiagnóstico, etc. Destaco por su trascendencia la privatización de los servicios de limpieza, casi todos subcontratados por constructoras, y que tuvo como resultado un drástico recorte de plantillas y precariedad en el empleo. Estos hechos son directamente responsables del espectacular aumento de las infecciones hospitalarias, con el correspondiente incremento de la mortalidad y del gasto hospitalario[1].

En el año 1997, gobernando el PP en minoría, se aprobó la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión que ampara la entrada masiva de la empresa privada en la gestión de todo tipo de centros sanitarios. Esta Ley fue votada por PP, PSOE, PNV, CiU y CC. Al día siguiente de su votación, CC OO emitió un comunicadocongratulándose del gran apoyo parlamentario recibido “por una Ley clave para la modernización del SNS”.

La empresa privada tenía abierto el camino y los diferentes gobiernos autonómicos (del PP, del PSOE, o del PSOE con IU y otros partidos de izquierda como el tripartito catalán o el pentapartito balear) lo ejecutaron. Era el negocio más seguro que podían soñar, máxime en tiempos de crisis: financiación y clientela públicas y beneficio privado.

Las empresas constructoras, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, han entrado con fuerza en la gestión de los hospitales de gestión privada: una parte ellas implicadas en la trama Gürtel como BEGAR, Ploder, Hispanica, otras “donantes” del PP como OHL, o el Grupo Cantoblanco de Arturo Fernández. Estas empresas aparecen formando parte de UTEs junto a Cajas de Ahorros “nacionalizadas” tras el correspondiente saqueo como la CAM o receptoras de ingentes fondos públicos como BANKIA, y al lado de aseguradoras privadas como Sanitas o Adeslas. CAPIO, propiedad de CVC Capital Partners, grupo de capital riesgo y dedicado a la especulación, tiene todos los visos de llegar a ser en el gran monopolio de la gestión privada de la sanidad pública

La vinculación entre decisiones políticas e intereses empresariales es evidente. Ex Consejeros de Sanidad como Manuel Lamela, con intereses en Capio, o Güemes, que tuvo que dimitir como consejero de Unilabs, propiedad de Capio, empresa a la que él adjudicó la gestión de análisis clínicos de seis hospitales, lo ilustran. Otro caso es el Antonio Burgueño, actual Director General de Hospitales de la Comunidad de Madrid, quien fue director médico de Adeslas, empresa integrada en Ribera Salud y principal impulsor del primer hospital de gestión privada, el de Alzira, y cuyo hijo, Antonio Burgueño Jerez, trabaja como jefe de la Unidad de Desarrollo de Negocio y Calidad en Ribera Salud, empresa adjudicataria del Hospital de Torrejón.

Pero el fichaje de “conseguidores” no sólo se circunscribe a las filas del PP. Nicolás Redondo Terreros es Consejero de FCC, empresa que gestiona le Hospital de Arganda, al que hay que añadir la larga lista de ex Ministros y ex Ministras de Sanidad de PSOE que son Consejeros de grandes multinacionales, incluidas las de la industria farmacéutica.

El robo de la sanidad por las empresas privadas, con la connivencia necesaria de los gobiernos, no es solo un expolio de recursos públicos, es además un crimen. El negocio en la sanidad, imposible si se presta una atención universal y de calidad, se consigue atentando contra la vida y la seguridad de las y los pacientes, además de incrementando el coste.

La explicación de los mecanismos para conseguirlo sobrepasan los límites de este artículo. Enumero algunos de ellos:

  • Disminución de la cantidad de personal (en torno al 30%) y de la cualificación del mismo.
  • Selección de pacientes, dejando los no rentables para la sanidad pública.
  • Sobreindicación de intervenciones quirúrgicas rentables.
  • Priorización de pacientes en función de los ingresos que su atención reporta a la empresa.
  • Presión sobre las administraciones sanitarias, a través de la connivencia de políticos, para elevar las cuantías que les paga la sanidad pública.

La ejecución de los mecanismos de ahorro (altas precoces, baja utilización de recursos caros de diagnóstico y tratamiento), vitales para conseguir el negocio, requieren de la “colaboración” sobre todo del personal médico, que es quien indica el gasto. Para lograrlo son determinantes los contratos temporales, la inseguridad en el trabajo y que una parte importante del salario esté vinculada al cumplimiento de objetivos de disminución del gasto.

La realidad es que todo este engranaje tiene una cobertura legal incuestionable, refrendada por sentencias de los tribunales ante los que se ha denunciado: la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión.Dejo para la reflexión de quienes lean estas líneas la valoración de lo que para sus propias vidas supone la privatización de la sanidad y la consecuente decisión acerca de la actuación necesaria para impedir que tamaña salvajada culmine.

Es preciso, a mi juicio, que en este momento nos centremos, no tanto en manifestaciones masivas, como en la creación y extensión de colectivos locales, suficientemente coordinados, capaces de pasar a la ofensiva y bloquear la ejecución de los planes de privatización, Es decir, que el poder popular se manifieste y actúe con tres grandes objetivos: Ni una privatización más, Derogación de la Ley 15/97 y devolución  a manos públicas todo lo privatizado.

[1] Entre otros informes ver: Rampling, A., Wiseman, S., Davis, L., Hyett, P., Walbridge, A. N., Payne, G. C., & Cornaby, A. J. (2001). Evidence that hospital hygiene is important in the control of methicillin-resistant Staphylococcus aureus. Journal of Hospital Infection, 49: 109-116. 50

Ángeles Maestro: Médica y Técnica Superior de Salud Pública. Militante de Red Roja

febrero 19, 2013

¿Cómo se gesta y a quién beneficia la privatización de la sanidad?

Iturria: Angeles Maestro / Kaos – 2013/02/19

Es preciso que en este momento nos centremos en la creación y extensión de colectivos locales, suficientemente coordinados, capaces de pasar a la ofensiva y bloquear la ejecución de los planes de privatización…

Mucha gente piensa que la privatización de la sanidad es un fenómeno reciente producto de las políticas del PP. Este es un grave error, un mal diagnóstico, que impide un tratamiento adecuado de las causas, porque al igual en una enfermedad, si tratamos sólo los síntomas no estamos actuando eficazmente y el proceso se agrava.

Las privatizaciones de empresas y servicios públicos forman parte medular de la respuesta del gran capital a la gran crisis económica que vivimos ahora, que se inicia en la década de los setenta y que se conoce como políticas neoliberales. Se trata de una estrategia general dirigida a intentar reducir la caída de la tasa de ganancia. De ella forman parte la drástica reducción de la fiscalidad de las rentas del capital, la instauración de políticas de reducción del déficit – con la correspondiente disminución de presupuestos sociales – , la liquidación de derechos laborales y sociales y las privatizaciones.

Son políticas de largo alcance, implementadas por gobiernos de todo color político, en un marco de lucha de clases marcado por la cooptación de las cúpulas sindicales y el correspondiente retroceso del poder de la clase trabajadora.

El primer asalto de las privatizaciones tiene lugar sobre las empresas públicas. El negocio privado está asegurado, no sólo porque se venden a precio de saldo y prácticamente en régimen de monopolio, sino porque – en la medida en que producen bienes de primera necesidad (luz, combustibles, transportes, comunicaciones, agua, etc) la clientela está asegurada.

En el Estado español este proceso se inicia a mediados de los ochenta, por el PSOE, coincidiendo con la entrada en la CEE, y es continuado por los gobiernos del PP.

El segundo asalto son los servicios públicos, y sobre todo la sanidad, que consume un % considerable del PIB (el 7% en 2013).

Ya con el gobierno de UCD tuvieron lugar reuniones en el Ministerio de Sanidad en las que participaron aseguradoras privadas, la industria farmacéutica, representantes de bancos y grandes empresas, junto a dirigentes de los grandes medios de comunicación. El objetivo era planificar, y financiar, campañas de desprestigio de la sanidad pública. El argumentario es bien conocido: es burocrática, despilfarradora, poco ágil y su personal rinde poco porque tiene sus puestos asegurados, frente a la competitividad y la eficacia de la empresa privada.

En el año 1991 se pretendió dar un salto cualitativo. A semejanza de Gran Bretaña donde se publicó un informe, “Working for Patients”, que sirvió como hoja de ruta para la privatización y el desmantelamiento del mejor servicio sanitario de Europa Occidental, el Pleno del Congreso aprobó la elaboración de un Informe para la “Consolidación y Modernización del Sistema Nacional de Salud”.

El PSOE, gobernando con mayoría absoluta, encargó su elaboración a Fernando Abril Martorell, antiguo Procurador de las Cortes de Franco y vicepresidente del Banco Central Hispano. El Informe era todo un programa de preparación de la sanidad para su privatización, incluyendo la introducción de copagos por el uso de servicios sanitarios y de los medicamentos para los pensionistas. La presentación pública del Informe fue abortada porque como Diputada, entonces, de IU, tuve acceso a sus conclusiones y pude hacerlas públicas, convenientemente explicadas, antes de que fueran presentadas oficialmente. Ante el enorme rechazo suscitado el Informe nunca fue votado en el Parlamento pero sus propuestas básicas fueron ejecutadas.

Se procedió a la privatización – “externalización” – de servicios hospitalarios tales como limpiezas, lavanderías, cocinas, ambulancias, etc, y se ampliaron progresivamente los conciertos con la sanidad privada de la cirugía de baja complejidad (la más rentable), radiodiagnóstico, etc. Destaco por su trascendencia la privatización de los servicios de limpieza hospitalaria, que fueron a parar en gran parte a empresas constructoras tales como Ferrovial, FCC o Dragados y que tuvo como resultado un drástico recorte de plantillas y precariedad en el empleo. Estos hechos son directamente responsables del espectacular aumento de las infecciones hospitalarias, con el correspondiente incremento de la mortalidad y del gasto hospitalario1.

En el año 1997, gobernando el PP en minoría, se aprobó la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión que ampara la entrada masiva de la empresa privada en la gestión de todo tipo de centros sanitarios. Esta Ley fue votada por PP, PSOE, PNV, CiU y CC. Al día siguiente de su votación, CC.OO. emitió un comunicado congratulándose del gran apoyo parlamentario recibido “por una Ley clave para la modernización del SNS”2.

La empresa privada tenía abierto el camino y los diferentes gobiernos autonómicos (del PP, del PSOE, o del PSOE con IU y otros partidos de izquierda como el tripartito catalán o el pentapartito balear) lo ejecutaron. Era el negocio más seguro que podían soñar, máxime en tiempos de crisis: financiación y clientela públicas y beneficio privado.

Las empresas constructoras, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, han entrado con fuerza en la gestión de los hospitales de gestión privada: Sacyr, Dragados, FCC, Acciona, .. una parte ellas implicadas en la trama Gürtel como BEGAR, Ploder, Hispanica, otras “donantes” del PP como OHL, o el Grupo Cantoblanco de Arturo Fernández. Estas empresas aparecen formando parte de UTEs junto a Cajas de Ahorros “nacionalizadas” tras el correspondiente saqueo como la CAM o receptoras de ingentes fondos públicos como BANKIA, y al lado de aseguradoras privadas como Sanitas o Adeslas.

Mención especial merece la empresa CAPIO, propiedad de CVC Capital Partners. Este grupo, de capital riesgo y dedicado a la especulación, tiene una oficina central en Londres y su sede se encuentra en Luxemburgo. Esta empresa tiene todos los visos de llegar a ser en el gran monopolio de la gestión privada de la sanidad pública, con sus negocios principales en Madrid (Hospitales Jimenez Díaz, Móstoles, Valdemoro y Collado Villalba3, además de dos centros de especialidades) en Castilla la Mancha (hospitales de Villarrobledo, Tomelloso, Manzanares y Almansa) y en Cataluña, con importantes conciertos, y con el Hospital Universitari Sagrat Cor, integrado en la red de utilización pública.

La vinculación entre decisiones políticas e intereses empresariales es evidente. Ex Consejeros de Sanidad como Manuel Lamela, con intereses en Capio, o Güemes, que tuvo que dimitir como consejero de Unilabs, propiedad de Capio, empresa a la que él adjudicó la gestión de análisis clínicos de seis hospitales, lo ilustran. Otro caso es el Antonio Burgueño, actual Director General de Hospitales de la Comunidad de Madrid, quien fue director médico de Adeslas, empresa integrada en Ribera Salud y principal impulsor del primer hospital de gestión privada, el de Alzira, y cuyo hijo, Antonio Burgueño Jerez, trabaja como jefe de la Unidad de Desarrollo de Negocio y Calidad en Ribera Salud, empresa adjudicataria del Hospital de Torrejón.  .

Pero el fichaje de “conseguidores” no sólo se circunscribe a las filas del PP. Nicolás Redondo Terreros es Consejero de FCC, empresa que gestiona le Hospital de Arganda, al que hay que añadir la larga lista de ex Ministros y ex Ministras de Sanidad de PSOE que son Consejeros de grandes multinacionales, incluidas las de la industria farmacéutica4.

El robo de la sanidad por las empresas privadas, con la connivencia necesaria de los gobiernos, no es solamente un expolio de recursos públicos, es además un crimen.

El negocio en la sanidad, imposible si se presta una atención universal y de calidad, se consigue atentando contra la vida y la seguridad de las y los pacientes, además de incrementando el coste.

La explicación de los mecanismos para conseguirlo sobrepasan los límites de este artículo. Enumero algunos de ellos:

  • Disminución de la cantidad de personal (en torno al 30%) y de la cualificación del mismo.
  • Selección de pacientes, dejando los no rentables para la sanidad pública.
  • Sobreindicación de intervenciones quirúrgicas rentables.
  • Priorización de pacientes en función de los ingresos que su atención reporta a la empresa.
  • Presión sobre las administraciones sanitarias, a través de la connivencia de políticos, para elevar las cuantías que les paga la sanidad pública.

La ejecución de los mecanismos de ahorro (altas precoces, baja utilización de recursos caros de diagnóstico y tratamiento), vitales para conseguir el negocio, requieren de la “colaboración” sobre todo del personal médico, que es quien indica el gasto. Para lograrlo son determinantes los contratos temporales, la inseguridad en el trabajo y que una parte importante del salario esté vinculada al cumplimiento de objetivos de disminución del gasto.

La realidad descarnada es que todo este engranaje tiene una cobertura legal incuestionable, refrendada por sentencias de los tribunales ante los que se ha denunciado: la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión.

Dejo para la reflexión de quienes lean estas líneas la valoración de lo que para sus propias vidas supone la privatización de la sanidad y la consecuente decisión acerca de la actuación necesaria para impedir que tamaña salvajada culmine.

Es preciso, a mi juicio, que en este momento nos centremos, no tanto en manifestaciones masivas, como en la creación y extensión de colectivos locales, suficientemente coordinados, capaces de pasar a la ofensiva y bloquear la ejecución de los planes de privatización, Es decir, que el poder popular se manifieste y actúe con tres grandes objetivos:

Ni una privatización más

Derogación de la Ley 15/97

Devolución a manos públicas todo lo privatizado.

enero 29, 2013

La nueva cocina del Complejo Hospitalario de Navarra comete errores que ponen en riesgo la salud de los enfermos

Iturria: gara.naiz.info – 2013/01/27

PRIVATIZACIÓN DE LA SANIDAD NAVARRA

La empresa valenciana Medicat, que comenzó el lunes pasado a servir las comidas en Virgen del Camino, ha incumplido normas básicas de seguridad alimentaria, según constatan trabajadores de Osasunbidea. El descontrol al atender a pacientes con necesidades específicas ha supuesto alteraciones en el tratamiento de enfermos. La empresa carece de personal y probablemente no pueda suplir esta falta de recursos, ya que debe ajustarse a un presupuesto recortado.

El arranque de la privatización de las cocinas del Complejo Hospitalario de Navarra no ha podido ser más polémico. Mediterránea de Cátering, una empresa vinculada al PP valenciano, comenzó el lunes a hacerse cargo de las cocinas del Hospital Virgen del Camino (el día 1 comenzarán en el Hospital de Navarra y, el día 11, en la Clínica Ubarmin). En estos días, han aflorado muchas críticas por el sabor de las comidas y por los retrasos. Sin embargo, las incidencias que se han ido recogiendo apuntan a algo más grave, a un riesgo sanitario para los pacientes de los hospitales.

La plantilla extremadamente corta de Mediterránea de Cátering (Medicat) ha cometido errores alarmantes. Desde el lunes, se han ido registrando incidencias en los servicios de comidas que pueden calificarse como graves y que evidencian que están tan desbordados que no pueden seguir los sistemas de Control de Puntos Críticos (APPCC) mínimos exigibles para dar de comer a enfermos. Los hechos que a continuación se relatan han sido recogidos por el personal de Osasunbidea y, según ha podido saber GARA, próximamente serán remitidos al Servicio de Medicina Preventiva del Departamento de Salud.

Retrasos, descontrol e «higiene»

Uno de los problemas más evidentes ha sido la incapacidad de llevar la comida a su hora a los hospitalizados. La tardanza genera problemas evidentes en el caso de los diabéticos (ha habido casos donde la comida y la merienda han llegado casi a las misma hora). Lo más grave, sin embargo, es que los retrasos han obligado a modificar los tratamientos de forma generalizada. Muchos medicamentos son agresivos para el sistema digestivo y, por ello, su administración está vinculada a la ingesta de alimentos, de tal forma que, si la comida se retrasa, la toma de las pastillas tampoco puede realizarse a la hora preceptiva. Ha habido de casos de pacientes a los que la comida les ha llegado más de una hora y media tarde.

Además, Medicat ha incumplido normas básicas de higiene. En el desayuno del lunes, empleados recogieron alimentos y cajas que se habían caído al suelo y, en el servicio de comidas de ese día, algunos no usaron mascarillas. En otro servicio, trabajadores manipularon los alimentos con ropa de calle, sin usar la vestimenta adecuada. También se ha constatado que un encargado valenciano (supuestamente, uno de los más expertos y traído por Medicat para instruir a los nuevos contratados) manipuló los alimentos sin usar guantes. Asimismo, han relatado que los platos «salen manchados» de las cocinas.

Además de los retrasos y la falta de higiene, se está generando un gran descontrol para llevar a cada paciente su menú específico. Uno de los errores más llamativos es que se ha servido café a niños. Y no se trata de un error aislado. Por ejemplo, el lunes «no se distinguía por el color el puré de patata y el puré de patata y zanahoria», reza una de las incidencias. Asimismo, en otra nota del servicio de comidas del día 21 se afirma que «los carros no tienen ningún indicativo ni señal de la planta a la que va destinado». En consecuencia, ya no es solo que no se puedan preparar menús terapéuticos para patologías específicas, sino que aunque se preparen, se corre el riesgo de que no lleguen al paciente. Este extremo también se ha producido en un servicio de cenas, donde 19 menús llegaron por error a una planta y se quedaron en el carrito. De otra parte, también han denunciado que no se introdujo en el ordenador «la composición de los platos, por lo que las alergias no se pueden controlar». Conocidos estos errores administrativos, tampoco es de extrañar que a un grupo de diabéticos les llevaran plátanos para merendar.

La falta de recursos es la clave

El problema que parece aflorar tras estas incidencias está en el poco personal que Mediterránea de Cátering (Medicat) está empleando. Aunque la empresa propiedad de un fondo de capital riesgo ha dispuesto unas máquinas flamantes y modernas para distribuirá la comida en «línea de frío», cuenta con muy pocos trabajadores. Según ha podido saber este periódico, hay unos 34 empleados en las cocinas de Virgen del Camino, trabajando a distintos turnos, por lo que rara (o ninguna) vez coinciden todos.

Entre 34 personas deben servir comidas a unas 400 personas, en régimen de desayuno, merienda y cena. La comida se elabora de lunes a viernes por la mañana y se ultracongela de forma inmediata. Posteriormente se recalientan en los carros que los distribuyen. Los alimentos de los fines de semana, por tanto, nunca se elaboran en el día. Además, Medicat se vanagloria de su tecnología de frío, capaz de conservar los alimentos cocinados hasta cinco días antes de servirlos.

Aunque la mayoría de los menús (en torno al 60%) son de dieta denominada «basal», común para todos, buena parte de los menús son muy concretos, porque se adecúan a las necesidades de los pacientes. Es ahí donde Medicat no da abasto.

Además de los basales, hay menús que son diferentes por patologías relativamente comunes y conocidas: menús para celíacos, para diabéticos, intolerantes a la lactosa, etc. Sin embargo, al tratarse de un hospital, también hay menús que tienen que ser absolutamente personalizados. Los ejemplos más claros de este tipo son los menús de alérgicos o la gente que está enferma por problemas concretos (como los quemados, cuya dieta debe contener alto contenido proteínico para que la piel se regenere con mayor velocidad).

La capacidad de Medicat de corregir la situación es limitada. Por ahora, solo ha despedido a pinches a quienes culpa de los errores. Esta empresa ganó un concurso ajustando los precios, por lo que su margen de ampliar los recursos manteniendo su margen de beneficio puede resultar insuficiente. A pesar de su tecnología, la empresa está desbordada atendiendo a 400 pacientes, pero cuando asuma también Ubarmin y el Hospital de Navarra, deberá de atender a 800. Medicat no tiene previsto ampliar sus instalaciones.

Capacidad de reacción

Hasta ahora, con un servicio de cocinas propio del hospital, la capacidad de elaborar menús personalizados era muy alta. Hablando con fuentes internas del Complejo Hospitalario, han explicado al periódico que pacientes requerían que la comida les fuera pesada al gramo y que solo trabajadoras especializadas ejecutaban esa labor. «Era un trabajo más de secretaria que de cocinera, pues consistía en pesar y anotar todo», explican.

Las necesidades de los pacientes no han variado y tampoco las peticiones. Osasunbidea tiene un servicio de nutricionistas que es el que pauta qué alimentos se deben servir a cada paciente. Este servicio hasta ahora resultaba ágil. Un paciente podía, en un primer momento, tener pautado un menú básico, pero si su situación iba a peor y se complicaba (por ejemplo, por una diarrea), existía margen para reelaborar un menú más aconsejable.

Por lógica, un servicio más barato no puede ofrecer un servicio igual. La privatización de las cocinas es un recorte del gasto sanitario motivado por el hecho de que Osasunbidea no tiene dinero suficiente para pagar una alimentación hospitalaria como la que ya tenía y que, en 20 años, no registró una sola intoxicación. Si Osasunbidea carece de ese dinero es porque UPN no ha consignado fondos suficientes a la partida del Departamento de Salud (donde se prevé un recorte del 6,3% en los presupuestos prorrogados de 2013).

En este punto, la situación es similar a la del Servicio de Urgencias Rurales, cuyo desmantelamiento se paralizará a través de una nueva ley (con los votos de PSN, Bildu, NaBai, I-E y Geroa Bai) que derogará el decreto emitido por UPN. El problema es que, en este caso, la privatización de las cocinas fue avalada por el PSN cuando gobernaba junto a Yolanda Barcina.

La «línea fría» es un avance, pero bajo control público

La tecnología que utiliza Medicat sí supone un avance, a ojos de los expertos. Uno de los nutricionistas más importantes de Osasunbidea, el doctor Eugenio Oria, reclamó un servicio en línea fría, que es algo habitual en los hospitales del Estado francés. Los argumentos de Oria fueron empleados posteriormente por UPN para vender la entrada de Medicat como un avance médico. Sin embargo, fue el propio Oria una de las primeras voces autorizadas en desmarcarse de la privatización de las cocinas para dejarlas en manos de una empresa privada. Según el pensamiento de Oria, el control de los médicos sobre los alimentos de los enfermos debe ser cada vez mayor y ampliar así el potencial de la nutrición como método terapéutico en los hospitales.

Además, se da la circunstancia de que Medicat es una empresa polémica. CCOO de Murcia denunció los precios abusivos que esta empresa facturaba a hospitales de esa comunidad, como bricks de leche a 4,6 euros o tés a 3,6. La alarma emitida por este sindicato, arropado por IU de Murcia, fue más allá, alertando de que Medicat facturaba comidas que finalmente no se servían.

De otra parte, el sindicato LAB, denunció que en Tutera, donde la cocina hospitalaria lleva tiempo privatizada, el incremento de los precios de cada menú ha subido, año tras año, más que el IPC, por lo que es un mal precedente.