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marzo 12, 2014

Castigando a las víctimas: guía de la UE y la crisis para principiantes

Iturria: acordem.org – 2014/03/02

La eurocrisis le ha cambiado la cara a la Unión Europea. Tras la crisis se han puesto en marcha nuevas leyes y opacos mecanismos de gobernanza que aseguran austeridad para los ciudadanos y desregulación para los negocios. Pese a que un mercado financiero desregulado fue una de las causas clave de la crisis, es la población europea a la que se está castigando. Hoy en día, las mayores amenazas para la democracia, el bienestar y los derechos sociales en Europa son la troika y el nuevo sistema de “gobernanza económica” neoliberal que la UE está instaurando sin mucho debate público. Esta guía de las políticas de austeridad de la UE y el ataque a los derechos sociales para principiantes explica qué normas se han puesto ya en marcha y algunas de las que nos podemos esperar.

La crisis económica y financiera en Europa lleva golpeando fuertemente al continente desde hace más de cinco años. Cada vez hay más gente que pierde su puesto de trabajo, sufre desahucios, depende de bancos de alimentos o ya no puede permitirse tratamientos médicos. La crisis ha afectado a gente en toda Europa, pero ha sido especialmente dura con los países que se encuentran en la periferia sur de la Unión Europea, en sitios como España, Grecia y Portugal.

Lo que empezó como una crisis financiera en 2008 a causa de la especulación temeraria de los bancos llevó directamente a una segunda crisis en Europa, la eurocrisis. Pero al final, no fueron los bancos o los especuladores a los que se obligó a pagar las cuentas. Mientras se afirmaba que la crisis era consecuencia de un ostentoso gasto público o de la pereza de los trabajadores en los países más afectados, la élite económica y política de Europa recetaba una medicina que dañaría a millones de personas.

El resultado de esta medicina estaba claro desde el principio: se impusieron duras medidas de austeridad y se adoptaron políticas que atacaban a los derechos sociales, incluyendo las pensiones y las leyes laborales de toda Europa, en total armonía con la política neoliberal, que tiende a servir los intereses de las empresas, las finanzas y las élites.

Estas medidas se han impuesto de dos formas diferentes: primero, a través de la llamada “troika”, un triángulo de instituciones (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) que hasta ahora ha impuesto duras medidas neoliberales de austeridad en cuatro países. Y segundo, a través de una serie de nuevas leyes y medidas de la UE, presentadas bajo el título de “gobernanza económica”, que se han instaurado especialmente durante los últimos tres años.

Los resultados eran predecibles. La experiencia histórica muestra que las medidas de austeridad pueden llevar a una crisis incluso más profunda, y desde luego los problemas económicos de varios estados miembros parecen no tener fin. El desempleo ha alcanzado cifras astronómicas en muchos países (especialmente entre la población joven), los servicios sociales se están deteriorando y la pobreza y la desigualdad están creciendo.

Pese a todo ello, la Comisión Europea y el Consejo planean seguir desarrollando nuevas formas de consolidar estas mismas políticas. Esto es porque, básicamente, los grandes bancos y empresas de Europa, los cuales están prosperando gracias a estas políticas, tienen permiso para marcar la pauta de la respuesta de la UE a la crisis.

Muchos de estos acontecimientos son complejos, por lo que creemos que es necesario proporcionar una especie de “guía para principiantes” de la UE en crisis. En lo que sigue, revisaremos las siguientes cuestiones: ¿qué causó la crisis para que las instituciones europeas implementaran estas políticas neoliberales? ¿Qué se ha implementado hasta ahora? ¿Qué nuevas medidas tienen programadas?

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La crisis financiera

¿Exactamente cuáles son los orígenes de esta crisis que hicieron que las instituciones Europeas sintieran la necesidad de intervenir en primer lugar? Según la retórica de muchos gobiernos, así como de la Comisión Europea, fueron el alto gasto público, los altos gastos laborales o el rechazo a pagar impuestos los que causaron la crisis en ciertos países europeos.

En realidad, la crisis en Europa la inició una debacle financiera que empezó en EE. UU. en 2008 y se extendió rápidamente a Europa. Aquí, muchas economías ya se encontraban en un estado frágil, por lo que eran más propensas a sufrir cuando el sistema financiero mundial empezó a caer.

La quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers se ha convertido en el emblema del inicio de la crisis en 2008. Este banco, como muchos, había estado concediendo deliberadamente grandes préstamos e hipotecas que era poco probable que sus clientes pudieran devolver, por los bajos requisitos necesarios para conseguirlos y una evaluación de riesgos muy descuidada. Esta burbuja inmobiliaria estalló cuando los bancos se dieron cuenta de que nunca recuperarían la mayoría de esos préstamos, lo que provocó un terremoto en el sistema financiero mundial. En septiembre del 2008, Lehman Brothers tuvo que pedir la suspensión de pagos y quedó claro que no podría volver a poner sus finanzas en orden. El banco quebró. Debido a la gran interconexión de los bancos en todo el mundo, Lehman puso en marcha un efecto dominó.

La confianza en el sector financiero cayó espectacularmente y los gobiernos sintieron la necesidad de impedir su quiebra rescatando aquellos bancos que se creía dañarían la economía gravemente si se permitiera que cayeran en bancarrota (“too big to fail”, demasiado grandes para caer). Estos rescates contribuyeron al enorme crecimiento de la deuda de los gobiernos, y por lo tanto los ciudadanos de esos países los están pagando indirectamente.

La eurocrisis

La crisis creó graves problemas a lo largo de Europa, pero algunos países sufrieron más que otros. Los problemas más serios surgieron en la Eurozona, especialmente en España, Grecia, Irlanda, Portugal e Italia.

¿Por qué?

Durante casi una década, se habían desarrollado lo que se conoce como desequilibrios macroeconómicos entre los diferentes países de Europa. Este tipo de desigualdades se pueden detectar por ejemplo consultando la balanza comercial de un país: algunos países como Alemania habían desarrollado un superávit comercial (en pocas palabras, esto significa que un país exporta más de lo que importa), mientras que otros países como España, Grecia y Portugal vieron cómo el déficit aumentaba en sus balanzas comerciales (la situación contraria, cuando las importaciones de un país exceden sus exportaciones).

El superávit de Alemania aumentó aún más con las políticas del gobierno alemán que bajaron los salarios en el país. Como consecuencia, las empresas alemanas podían competir en base a costes de producción muy bajos, lo que dañó la “competitividad” de los países que ya tenían un déficit comercial y eran incapaces de seguir el ritmo.

Si la moneda común que es el euro no hubiera existido, estos países podrían haber usado la devaluación (bajar el valor de la moneda de un país) como solución abaratando así sus productos, lo cual puede aumentar las exportaciones y reducir el déficit comercial. Sin embargo, tras la introducción del euro usar esta herramienta ya no era una opción, y los países con déficits comerciales se encontraron en una situación que desembocó en un aumento de la deuda.

La culpa era de los bancos

Sin embargo, en un principio esta deuda era principalmente de empresas y organizaciones privadas, no de las cuentas de los gobiernos. Pero después de rescatar a los bancos, los gobiernos tenían enormes cantidades de deuda pública. El balance actual muestra que los gobiernos de la UE gastaron 1,6 billones de euros en ayudas a los bancos, según la Comisión. Después de esto, efectivamente los países tenían un problema de deuda pública, pero era una consecuencia de la crisis, no la causa.

Antes de la crisis, en la UE se había alabado a países como España o Irlanda por sus políticas económicas, las cuales habían mantenido a ambos países estrictamente dentro de las normas de política fiscal de la UE. Además, se consideraba que Grecia iba “por el buen camino”. Pero con la crisis, el entusiasmo en los escalones más altos de la Unión Europea se desvaneció completamente.

Estos países se convirtieron en chivos expiatorios, y se aplicaron varias políticas de austeridad bajo la falsa suposición de que el problema era la deuda pública y los altos sueldos. Se tenía que reembolsar a los acreedores internacionales a toda costa, mientras se daba la espalda al sufrimiento del pueblo. Este enfoque de la crisis muestra que la élite europea se ha empeñado en explotar la crisis para propiciar sus propios planes, en vez de centrarse en las causas reales: la desregulación de los mercados financieros y los efectos del euro que causaron graves desequilibrios entre países, como hemos explicado.

Además, aquí hay algo más esencial en juego: la crisis es testigo de algunas de las características más importantes del capitalismo moderno. Pese a que la desigualdad de ingresos ha aumentado durante décadas, billones de dólares y euros se han vertido en la especulación financiera en mercados cada vez más desregulados, haciendo el sistema crónicamente frágil.

Ninguna reforma real en el sector financiero

El paso lógico a dar por los gobiernos europeos como respuesta a la crisis habría sido revisar el euro, abordar las desigualdades entre países, tomar acción sobre las instituciones financieras para detener o ralentizar el interminable flujo de dinero hacia la especulación irresponsable en los mercados financieros (la cual crea tal volatilidad e inestabilidad) y asegurarse de que ningún banco pueda ser tan grande como para necesitar un rescate que le impida destruir el sistema financiero entero si quiebra.

Por desgracia, esto no ha ocurrido: la política neoliberal dicta que no se debería poner casi ninguna restricción o norma al sector financiero que pueda impedir que la misma crisis ocurra de nuevo. Y fuerzas poderosas, como los representantes de los lobbies financieros, han rebajado con éxito las ambiciones por cambiar los mercados financieros. Las reformas que se han adoptado son poco sistemáticas, poco entusiastas y siempre ideadas de forma que ponen los intereses del sector financiero por encima de todo.

En su lugar, la Comisión Europea y el Consejo Europeo se han centrado en medidas reactivas (reglas y procedimientos sobre cómo actuar la próxima vez que quiebre un banco) en lugar de actuar contra la raíz del problema tomando medidas preventivas. Por ejemplo, las instituciones están ultimando detalles sobre una “unión bancaria” que resultará en un enfoque común para lidiar con los bancos en quiebra. Sin embargo, no han estado dispuestos a aprobar leyes que prevengan el fallo de los bancos en primer lugar.

En vez de regular el sector financiero que causó la crisis en primera instancia, los gobiernos están trasladando el peso de la crisis sobre los ciudadanos; en especial los pobres, los jóvenes y los desempleados.

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Los acuerdos letales de la troika

Una de las piezas clave a la hora de imponer reformas económicas a los ciudadanos en vez de regular las causas reales de la crisis es la troika. La troika (originalmente el término ruso para un carruaje de tres ruedas) está formada por tres instituciones: la Comisión Europea (CE) el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La troika supervisa aquellos países con graves problemas económicos que reciben préstamos financieros de la UE y el FMI. El objetivo de estos préstamos no es tanto contribuir a la recuperación de las economías de esos países como asegurar que se devolverá el dinero a los prestamistas. A cambio de los préstamos, la troika exige reformas económicas durísimas y planes de austeridad. Privatizaciones, sueldos más bajos, despidos de funcionarios, recortes de pensiones y un descenso en el gasto social son solo algunas de las condiciones del acuerdo.

Estas medidas y reformas, las condiciones que los países tienen que cumplir para seguir recibiendo dinero, se establecen en una especie de contrato llamado memorándum de entendimiento (MOU por sus siglas en inglés). La troika organiza misiones de evaluación en las que visita aquellos países con los que tiene un MOU; si concluye que un país no ha hecho suficiente a cambio del préstamo, puede decidir posponer el pago del siguiente tramo. Así pues, la troika tiene una enorme influencia sobre la política económica y financiera nacional de los países que están bajo sus normas.

La troika actuó por primera vez en 2010 en Grecia. Parecía que la situación económica y financiera de Grecia era grave y como último recurso el país pidió asistencia financiera a las instituciones internacionales en mayo del 2010. La CE, el BCE y el FMI emprendieron una misión conjunta en Atenas y unos días después pusieron un paquete financiero sobre la mesa junto con el primer MOU. Esto desencadenó una serie de duras medidas: la troika había llegado.

Después de Grecia, otros tres países europeos se metieron en esos acuerdos letales de la troika: Irlanda en diciembre del 2010 (en diciembre del 2013 abandonó el programa de la troika, al menos oficialmente), Portugal en mayo del 2011 y Chipre en abril del 2013. En Rumanía y Letonia se han impuesto planes similares a los de la troika, pero sin la participación del BCE, ya que estos países no eran parte de la eurozona cuando se negociaron sus préstamos.

Cuando empezó a cerrar estos acuerdos letales con ciertos países europeos, la troika ni siquiera tenía un papel legítimo escrito en la legislación europea. La troika solo ha tenido un estatus oficial desde marzo del 2013, cuando la llamada norma de reforzamiento de la supervisión económica y presupuestaria se puso en marcha. Por desgracia, esta base legal le permite a la troika seguir con sus asuntos como de costumbre.

La troika, con sus políticas neoliberales, no debería ser vista como un agente individual, sino como un instrumento que es parte de una presión general hacia medidas y reformas neoliberales en Europa. Porque lo que estamos viendo es que el ataque contra los derechos sociales, la democracia y el estado de bienestar se está extendiendo gradualmente por toda Europa a través de una serie de leyes y mecanismos nuevos que se han instaurado durante los últimos años bajo el título de “gobernanza económica”.

A continuación resumimos los más importantes en la Unión Europea:

Six-Pack 1: haz recortes o paga sanciones

La primera parte del Six-Pack, un paquete de seis textos legislativos que entró en vigor a finales del 2011, se creó para reforzar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) que existe para asegurar la disciplina fiscal en todos los estados miembros.

Este pacto estipula que la deuda pública no puede ser más alta que el 60 % del PIB, y que el déficit público no debe superar el 3 % del PIB.  Si un país no consigue mantener sus finanzas dentro de estos límites, se arriesga a entrar en un “procedimiento de déficit excesivo”: seguir un estricto “plan de ajuste” que incluye medidas económicas y reformas neoliberales para cumplir las normas del PEC.

El Six-Pack se ideó para que los países cumplieran con mayor rapidez con los límites de deuda enunciados en el PEC. Los plazos de tiempo se acortaron (lo que supuso mayores y más rápidos recortes en el gasto público) y las sanciones económicas por no seguir este “plan de ajuste” adecuadamente ahora pueden alcanzar hasta el 0,5 % del PIB. Es decir: si no recortas el gasto público lo suficientemente rápido o en las áreas adecuadas, puedes recibir una multa.

Después de eso, el Six-Pack aumentó la probabilidad de que un país recibiera estas sanciones económicas al establecer el principio de votación por mayoría cualificada inversa. Esto significa que las sanciones solo se pueden evitar si una mayoría cualificada vota en contra en el Consejo, en vez de necesitar que una mayoría cualificada vote a su favor para imponerlas, como es habitual. A este procedimiento a veces se le llama “semiautomático”.

Six-Pack 2: bajada de salarios

La segunda parte del Six-Pack establece nuevas sanciones contra el desequilibrio macroeconómico. Como hemos comentado antes, estos desequilibrios implican que existen desigualdades entre las economías de los países europeos, por ejemplo respecto a sus balanzas comerciales, las cuales muestran superávit en algunos países (como Alemania o Finlandia) y déficits en otros (España, Grecia o Portugal).

Como hemos explicado, los costes de producción son un factor significativo al determinar el volumen de las exportaciones, ya que un producto más barato es más atractivo para un comprador en otro país: así, las políticas de reducción de salarios en Alemania son una causa importante del superávit comercial del país, ya que sus costes de producción son mucho más bajos de lo que algunos otros países se pueden permitir.

Para reducir los desequilibrios en la UE, las normas del Six-Pack pretenden abordar la discordancia de costes de producción que resulta de las diferentes políticas de cada gobierno. Esto lleva a la errónea conclusión de que rebajar los salarios ayudará a los países a salir de la crisis. De hecho, lo que hace es empeorar la crisis, y otra vez son las víctimas las que son castigadas (en este caso, en forma de salarios más bajos para los trabajadores).

Porque realmente, en un intento de “armonizar” los salarios y por lo tanto los costes de producción en todos los países de la UE, los procedimientos dispuestos en el Six-Pack no se centran en subir los salarios de los países más “competitivos”. Al contrario, la UE quiere que se bajen los salarios, para así abaratar los productos en todos los países. Por lo que se ve, las instituciones europeas consideran el creciente número de “trabajadores pobres” de Alemania (solo una de las consecuencias de las políticas de costes laborales del país) un ejemplo a seguir para todos los países de la UE.

Para hacer cumplir las normas del Six-Pack sobre desequilibrios macroeconómicos se ha identificado un conjunto de indicadores, incluyendo un porcentaje máximo de aumento de salarios. Si los salarios de un país suben demasiado durante un periodo de tiempo, este puede enfrentarse a un “procedimiento de desequilibrio excesivo” que en última instancia puede llevar a sanciones. Dicho de otro modo, un país será sancionado por subir los salarios por encima de cierto nivel aprobado de antemano por la UE.

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El Pacto Fiscal: el gasto público bajo presión continua

El Pacto Fiscal es parte del Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza que entró en vigor en enero del 2013. Lleva la gobernanza económica europea a otro nivel, reforzando los elementos de sus predecesores, el PEC y el Six-Pack.

Un país debe comprometerse a no tener un déficit estructural de más de un 0,5 % del PIB si su deuda está sobre el 60 % de su PIB, y un 1 % del PIB si su deuda pública está por debajo del 60 %. En resumen, esto hace las demandas de austeridad incluso más duras que las del PEC.

Los países tienen que incluir las normas y reglamentos del Pacto Fiscal en su legislación nacional, preferiblemente en su constitución, en un periodo de un año. La Comisión Europea comprueba que hayan logrado hacerlo, y si no es así, un país podría tener que enfrentarse al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y recibir una multa de hasta el 0,1 % de su PIB.

Esto supone que el Pacto Fiscal es básicamente un acuerdo de por vida, ya que sus normas y regulaciones se fijan en las leyes nacionales, para el gobierno actual y los futuros gobiernos de un país.

También supone que el poder democrático de los gobiernos se debilita, pues estas normas se tendrán que cumplir siempre, sin importar a quién voten los ciudadanos, o si el gobierno al mando es socialista o conservador. Además, puesto que está incluido en la legislación nacional, el Pacto Fiscal pone el gasto público bajo presión constantemente, como con la inversión pública, la educación, la sanidad y el sistema de seguridad social.

El Semestre Europeo: control presupuestario

El llamado “Semestre Europeo” se probó por primera vez en 2011. El término se refiere al periodo de seis meses en el que los estados miembros presentan sus proyectos de presupuesto para su aprobación. Empieza cada año en abril, y la Comisión Europea discute y comenta no solo los proyectos de presupuesto, sino toda reforma o medida para el crecimiento económico del próximo año.

Luego en junio la Comisión asesora estos presupuestos y reformas de cada estado miembro, y hace recomendaciones específicas para cada país, las cuales el Consejo adopta en julio. En los meses siguientes, se espera que los estados miembros tomen en cuenta estas recomendaciones al redactar su presupuesto definitivo para el próximo año. Naturalmente, estas “recomendaciones” siguen el modelo neoliberal.

En un principio, el Semestre Europeo no iba a ser una herramienta para el cumplimiento de las medidas económicas impuestas. Sin embargo, la Comisión pretende convertirlo precisamente en eso a la larga, ya que otro par más de normas sobre coordinación económica siguió al Semestre Europeo del año pasado.

El Two-Pack: cumplimiento de las normas

Otro paquete de medidas, llamado Two-Pack y ejecutado por primera vez en 2013,  consiste en intensificar aún más el control central sobre las finanzas. Como indica su nombre en inglés, el Two-Pack consta de dos reglamentos que tratan de reforzar las normas establecidas en el Six-Pack y el proceso de coordinación económica cubierto por el Semestre Europeo descrito anteriormente.

Primero, a partir de ahora la Comisión tiene derecho a opinar sobre los proyectos de presupuesto que los estados miembros presentan, y puede pedir una revisión de los mismos. Si los países no incluyen las recomendaciones de la Comisión en su presupuesto definitivo, esta puede pedir una explicación al respecto. A continuación se realiza un examen de la distribución del gasto presupuestario, lo que hace el control presupuestario todavía más estricto.

Segundo, hace posibles normas y procedimientos más explícitos con respecto a una mayor vigilancia de los “países en apuros” de la eurozona. Esto incluye países que están en una o más de tres categorías: países frente a dificultades relacionadas con la estabilidad financiera, países que reciben asistencia financiera o países que están dejando esa asistencia.

Este aumento de la vigilancia obliga a los países en apuros a adoptar medidas contra lo que la Comisión considera el origen de la inestabilidad, a participar en misiones de evaluación, a poner en marcha un programa de ajustes, a pedir la asistencia técnica de la Comisión si fuera necesario y a aceptar las consecuencias económicas en caso de no cumplir con el programa. Por ejemplo, se ha recomendado a casi todos los estados miembros implementar reformas fundamentales de los mercados laborales, incluyendo la reducción de la importancia de las negociaciones colectivas, medidas para facilitar el despido, etcétera.

El Two-Pack es un paso importante hacia la centralización de la toma de decisiones en la UE sobre los presupuestos de los estados miembros y sus políticas económicas. Pero no es el último.

Reformas estructurales: ataque contra los derechos

Para las instituciones de la UE, la manera de salir de la crisis y estimular el crecimiento económico es incrementar la “competitividad” atacando esos derechos sociales que tanto costó conseguir. Para alcanzar esta meta, se consideran necesarias “reformas estructurales” más generales: estas reformas, que tienen el objetivo de crear beneficios económicos a largo plazo (de ahí “estructurales”), suelen conllevar privatizaciones, recortes en el gasto social y las pensiones y ataques contra las leyes laborales para bajar los salarios.

Otra vez, la amenaza de sanciones económicas ejerce presión. Si los salarios no se bajan al nivel que se cree que contribuye a la “competitividad” (es decir, el favorable para los beneficios de las grandes empresas), si el gasto social no se mantiene bajo y si no se planean o llevan a cabo reformas de las pensiones, se disparan varios mecanismos para ejercer presión o imponer sanciones económicas.

Al contrario que en el pasado, ahora los países de fuera de la eurozona también pueden estar expuestos a estos procedimientos. Este cambio permite a la Comisión involucrarse en casi cualquier tipo de política económica de un estado miembro. Pero algunas áreas son más importantes que otras. La Comisión está especialmente interesada en usar esta situación para presionar a los estados miembros para que reduzcan las leyes laborales, reformen los sistemas de pensiones e introduzcan otras “reformas estructurales”. El problema de la Comisión (y de los gobiernos más deseosos por introducir estas reformas) es que la UE no tiene plena competencia en muchas de las áreas más relevantes.

El siguiente paso: los contratos

El resultado final de todas estas leyes y medidas europeas es que la toma de decisiones económicas se está arrancando de las manos de los parlamentos nacionales electos, no para realizarla de manera democrática a nivel europeo, sino para forzar políticas neoliberales a través de innumerables mecanismos burocráticos, con la amenaza de sanciones como arma definitiva.

Esto tiene implicaciones enormes para la toma de decisiones democrática sobre cómo gastar el dinero de los contribuyentes o quién necesita apoyo financiero en tiempos de crisis. Por desgracia, el futuro próximo de Europa no parece acarrear una gran mejora en este aspecto. Nuevas reformas neoliberales ya están en camino.

Aunque los cambios que se han hecho desde el inicio de la crisis parecen colosales, estos podrían ser solo el principio. En noviembre del 2012, la Comisión publicó su estrategia a largo plazo de reformas adicionales para asegurar que los estados miembros cumplen con las políticas neoliberales en el futuro. La estrategia incluye futuras reformas del Tratado de la UE para asegurarse de que las instituciones de la UE aumentan sus poderes en gran medida para llevar a cabo las reformas neoliberales ya mencionadas.

El siguiente paso es hacer que los estados miembros accedan a firmar “contratos” de política económica con la Comisión, contratos que permitirían a la Comisión y al Consejo obligar a aceptar “reformas estructurales” tales como los ataques contra los salarios mencionados anteriormente.

Mientras tanto, la troika dejó Irlanda en diciembre del 2013, el primer país en salir de su control. No obstante, el país seguirá bajo seguimiento a través de una vigilancia semestral. El Parlamento Europeo también ha observado el papel cuestionable que la troika ha jugado y la dura política neoliberal que está imponiendo sobre los países: se ha creado una comisión que investigará la legitimidad democrática de la troika y la proporcionalidad de las medidas que ha impuesto. El informe final debería presentarse antes de las elecciones europeas en mayo del 2014.

La necesidad de acción europea

Está claro que tanto la troika como el cada vez más exhaustivo sistema de “gobernanza económica” neoliberal son elementos clave de una estrategia europea; una estrategia dispuesta a reducir el bienestar, los derechos laborales e incluso la democracia. Sin duda, se pueden ganar algunas concesiones movilizándose a nivel nacional, pero para contrarrestar este ataque con éxito es necesario concienciar al público y coordinarse a nivel europeo.

Las elecciones europeas son una oportunidad para concienciar y para empujar a las nuevas élites europeas hacia un cambio de dirección. Sin embargo, los problemas causados por las mencionadas políticas que la Unión Europea ha adoptado durante la crisis son fundamentales, y no desaparecerán en el futuro próximo, sino que estarán en el corazón de la lucha en Europa durante los años venideros.

 

Lectura complementaria

Sobre la troika: www.troikawatch.net

Sobre el Semestre Europeo: ‘Business Europe and the Commission: in league against labour rights?’

Sobre el lobby de los negocios y la crisis: ‘BusinessEurope and economic governance’

Sobre la regulación de los bancos en la Unión Europea: ‘A union for big banks’

Sobre el lobby de los bancos: ‘Stop listening to banks!’

Sobre el Six-Pack‘Austerity forever’

Sobre el Pacto Fiscal: ‘Automatic austerity: ten things you should know about the Fiscal Compact’

Sobre el TwoPack‘The dangers of the Two-Pack’

Sobre los contratos: ‘Mad men of the Roundtable’ y ‘Cracks in the armour’

Conceptos básicos

Austeridad Recortes en el gasto público, impuestos en mayor o menor medida   sobre todos los estados miembros de la UE
Déficit   público Un gobierno está en déficit si gasta más de lo que ingresa.   Normalmente la medida del déficit se calcula respecto a cuánto se ha gastado   de más en un año
Desequilibrios   macroeconómicos Estos son los grandes desequilibrios entre economías nacionales.   Pueden ser respecto al comercio (algunos ganan, otros pierden), respecto a la   “competitividad” y otras muchas cosas
Eurocrisis Una crisis económica y financiera que empezó en 2010 tras la crisis   financiera dos años antes. Las economías de varios países de la eurozona   sufrieron un gran golpe y la deuda pública aumentó considerablemente,   principalmente a consecuencia de los rescates de los bancos. Se ha notado   especialmente en los países que se encuentran en el sur de la Unión Europea
 Eurozona El área dentro de la Unión Europea de los 18 países que comparten   una moneda única, el euro. Como consecuencia, estos países ya no pueden usar   la devaluación o revaluación de su moneda para reducir el déficit o el   superávit comercial. Esto ha llevado a desequilibrios entre los países   europeos, y los bajos salarios de Alemania dificultan especialmente que los   estados del sur de Europa puedan competir
Gobernanza económica El conjunto de normas y reglamentos diseñado por las instituciones   europeas para gobernar la política económica y fiscal. En general, resultan   en un cambio de poder del nivel nacional al europeo. Básicamente, la   gobernanza económica consiste en imponer la austeridad y adoptar “reformas   estructurales”
Neoliberalismo La teoría económica y política predominante de nuestro tiempo que   favorece el libre comercio, la privatización y la reducción del gasto público   en servicios sociales y bienestar
Pacto de Estabilidad   y Crecimiento Pacto que contiene las normas clave de la política fiscal. Son   obligatorias para los países de la eurozona, y su violación puede resultar en   multas
Pacto Fiscal Medidas de la UE relacionadas con la política fiscal que conllevan   una presión constante sobre el gasto público de los estados miembros, ya que   estas medidas deben incluirse en las leyes nacionales. El Pacto Fiscal entró   en vigor a principios del 2012. Predice medidas sobre el gasto público más   estrictas que el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento
Reformas   estructurales Las reformas estructurales no tienen una definición clara, pero   normalmente el término se refiere a las reformas fundamentales y de larga   duración en el gasto social y los mercados laborales, las cuales llevan a   salarios reducidos y prestaciones y pensiones más bajas. Se suele argumentar   que su finalidad es apoyar al sector empresarial estimulando la   competitividad
Rescate Ayuda   económica que los gobiernos proporcionan a los bancos al borde de la   bancarrota, porque se supone que son demasiado grandes para caer. Esto lleva   a un aumento de la deuda pública
Sector   financiero El conjunto total de bancos y otras instituciones financieras, como   fondos de alto riesgo o de pensiones. Los problemas sistémicos en este sector   son la raíz de la crisis
Semestre   Europeo Un periodo de seis meses en el que cada año la Comisión y el Consejo   revisan los presupuestos de los estados miembros
SixPack Un paquete de seis textos legislativos, en vigor desde 2011, que   regula la disciplina fiscal y la política salarial en los estados miembros de   la UE
Troika El triunvirato de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el   Fondo Monetario Internacional que proporciona préstamos financieros a cambio   de los cuales los países tienen que aplicar políticas neoliberales
TwoPack Un paquete de dos reglamentos de la UE que intensifica el control de   la Comisión sobre los presupuestos de los países y asegura una mayor   vigilancia sobre los países con problemas económicos
Unión Europea Una cooperación económica y política entre 28 países en Europa. Las   decisiones se toman a través de    instituciones supranacionales y discusiones intergubernamentales entre   los estados miembros. Durante los últimos años, el poder de las instituciones   sobre las políticas económicas y fiscales ha aumentado

http://corporateeurope.org/eu-crisis/2014/02/punishing-victims-beginners-guide-eu-and-crisis

junio 25, 2013

El aumento de deuda se debe a las ayudas a la banca, no al gasto público

Iturria: Eduardo Garzón / La Marea – 2013/06/24

Sede del Banco de España en Madrid. FERNANDO SÁNCHEZ

Sede del Banco de España en Madrid. FERNANDO SÁNCHEZ

Todavía los hay que no son capaces de ver que si hoy día el Estado español presenta un elevado nivel de deuda pública (aunque todavía inferior al de otros países importantes, como Francia o Bélgica) es debido fundamentalmente a las ayudas públicas al sector bancario español (a cajas de ahorros, pero también a bancos) y a los desmedidos pagos por intereses de deuda pública, y no porque el Estado tenga un gasto corriente (gasto social, gasto en educación, gasto en sanidad, gasto en pensiones, gasto en administraciones…) excesivo. Esto último es el mensaje que se transmite, a través de los grandes medios de comunicación, desde los grandes grupos económicos y políticos interesados en camuflar la crisis financiera y hacerla pasar por una crisis fiscal. Mensaje que, desgraciadamente, está calando en buena parte de la población.

Pero vamos a refutar esta falsa creencia.

A finalizar el año 2008, cuando en España todavía no se había ayudado con dinero público a ninguna entidad financiera, la deuda pública alcanzaba los 358.425 millones de euros (el 40,20% del PIB; un nivel más que razonable). A finales de 2012, esta cantidad casi se había duplicado al presentar 688.231 millones de euros (un 84,20% del PIB). Es decir, en cuatro años el volumen de deuda pública se incrementó en 329.806 millones de euros (un aumento del 44% del PIB) (1).

Vamos a ver ahora por qué se tuvo que endeudar tanto el Estado español. Por un lado, se endeudó para inyectar dinero en las entidades financieras. Por otro lado, se tuvo que endeudar para pagar los intereses de esa deuda que iba aumentando rápidamente. Por último, también se tuvo que endeudar para suplir los gastos corrientes que no cubría con los escasos ingresos fiscales (gasto social, gasto en educación, etc).

Calculamos primero la cantidad total de dinero tomó prestado el Estado para ayudar al sector financiero español (2).

  • En concepto de inyecciones directas de capital (consistentes en aportar dinero directamente a las entidades), el Estado español ha gastado 59.130 millones de euros.
  • En concepto de adquisición de activos (consistentes en comprarle a las entidades una serie de activos, como los tóxicos acaparados por el banco malo), el Estado español ha gastado 71.821 millones de euros.
  • En concepto de créditos por parte del ICO y del FROB (consistentes en otorgar préstamos a las entidades), el Estado español ha gastado 3.099 millones de euros.
  • En concepto de participaciones y bonos preferibles convertibles (consistentes en financiar a las entidades a través de títulos de renta fija), el Estado español ha gastado 2.033 millones de euros.

En total, desde 2009 hasta finales de 2012, el Estado español se ha endeudado en 136.083 millones de euros para ayudar al sector bancario. Esto supone que de todo lo que se ha endeudado el Estado desde entonces, un 41,26% ha sido para dárselo a las entidades financieras españolas.

Ahora veamos cuánto se ha tenido que endeudar el Estado para poder pagar los intereses de deuda pública que tiene que abonar cada año (3).

En 2009 el Estado tuvo que pagar 17.400 millones de euros; en 2010, 23.200 millones de euros; en 2011, 27.400; y en 2012, 28.848. Esto hace un total de 96.848 millones de euros. Es decir, de todo lo que se ha endeudado el Estado desde 2009, un 29,38% ha sido para dárselo a los acreedores de la deuda pública española en concepto de intereses.

El resto, 96.875 millones de euros, (un 29,36% de todo el aumento de deuda desde 2009) es la cantidad que ha tenido que tomar prestada el Estado para suplir sus gastos corrientes.

Grosso modo, y para hacernos una idea aproximada, podemos decir que desde 2009 a finales de 2012, la cantidad de deuda pública ha aumentado aproximadamente un 18% sobre el PIB debido a las ayudas a la banca; un 13% sobre el PIB debido al pago de intereses de deuda pública, y otro 13% sobre el PIB al gasto corriente que excede los exiguos ingresos fiscales.

En conclusión, el vertiginoso aumento de deuda pública no se debe al excesivo gasto público corriente, como reza el mantra al que nos tienen acostumbrados, sino que se debe a la acción conjunta de las ayudas a la banca –fundamentalmente–, al pago de intereses de deuda pública, y al gasto corriente que excede los escasos ingresos fiscales.

Notas:
(1) Datos de Eurostat. Disponibles en http://appsso.eurostat.ec.europa.eu/nui/print.do?print=true

(2) Todos los datos de ayuda a la banca son oficiales y han sido consultados en el magnífico documento realizado por el compañero de ATTAC-Madrid Carlos Sánchez Mato. Sánchez, C. (2013): Las ayudas públicas al sector bancario español. Disponible en http://matoeconomia.blogspot.es/img/aypub2012.pdf

(3) Datos recogidos de los libros amarillos de los Presupuestos Generales del Estado. Disponibles en http://www.sepg.pap.minhap.gob.es/sitios/sepg/es-ES/Presupuestos/PresupuestosEjerciciosAnteriores/Paginas/PresupuestosEjerciciosAnteriores.aspx

 

May 24, 2013

La Banca como parásito endémico de la economía española

Iturria:  Germán Gorraiz López / diario-octubre.com – 2013/05/24

La política suicida de las principales entidades bancarias mundiales, en la concesión de créditos e hipotecas de alto riesgo aparece como uno de elementos desencadenantes de la citada crisis global. Así, inmersos en la vorágine expansiva de la economía mundial del último decenio y en aras de optimizar su cuenta de resultados, actuarán obviando las más elementales normas de prudencia crediticia, convirtiéndose en meros brockers especulativos y descuidando las dotaciones a los Fondos de Provisión e Insolvencia. Ello, unido a la falta de supervisión por parte de las autoridades monetarias de los índices de solvencia de las entidades bancarias, originará la crisis de las subprime de EE.UU., seguida de un goteo incesante de insolvencias bancarias, una severa contracción de los préstamos bancarios y una alarmante falta de liquidez monetaria y de confianza en las instituciones financieras.

Además, la obsesión paranoica de la Banca por maximizar los beneficios debido al apetito insaciable de sus accionistas al exigir incrementos constantes en los dividendos, provocó que muchas de ellas se transformaran en corporaciones transnacionales y nodudaran en endeudarse peligrosamente en aras del gigantismo, conjugando las OPAS hostiles en la compra de Bancos extranjeros como plataforma de entrada en dichos países con el miope aldeanismo de apertura desbocada de sucursales en otras Comunidades Autónomas.

De ello serían paradigma Caja Madrid (adquisición del 100% del del City National Bank of Florida (CNB) por un monto cercano a los 750 millones de Euros en el 2008) y Caja Navarra (CAN) (apertura de una oficina de “banca cívica” en Washington en el 2008), proyectos de miope ingeniería financiera que les llevó a ambas entidades a su desaparición como marca autónoma (intervención estatal en el caso de Caja Madrid tras convertirse en Bankia y absorción por Caixabank de la CAN, otrora buque insignia de la marca NAVARRA), quedando como restos del naufragio los máximos responsables de ambas entidades en aquellas fechas (Miguel Blesa y Enrique Goñi respectivamente) imputados judicialmente.

Mutación de la Banca: Tradicionalmente, la finalidad de la banca era canalizar el ahorro privado hacia la inversión, pero dada la ausencia de cultura de ahorro doméstico y público, ha originado que el proveedor de recursos para dinamizar la economía en forma de inversiones se haya trasmutado en un parásito endémico que succiona todas las ubres del Estado para saciar el apetito insaciable de sus accionistas y altos cargos directivos.La casta dirigente bancaria se habría transmutado así en una camarilla de poder (equivalente a un miniestado dentro del Estado), que utilizaría el nepotismo para perpetuarse familiarmente en el poder con carácter vitalicio , recurriendo a los llamados “contratos blindados” para asegurarse un retiro dorado.

Así, los casos más sangrantes serían el del ex vicepresidente y consejero delegado del banco Santander Central Hispano (SCH), Ángel Corcóstegui quien cobró en 2002 la indemnización récord de 106 millones de euros, seguido en el ranking de la ignominia por José María Amusátegui, que recibió como “compensación a su pensión”la friolera de 43,8 millones de € . Recordar que la indemnización media de un trabajado por cuenta ajena por despido en España no alcanzaría los 8.000 €, por lo que el Gobierno de Rajoy se ha visto obligado a aplicar medidas cosméticas para penalizar los contratos blindados de los altos directivos que superen los 700.000 euros.

Por último, no dudarán en asentar sus reales en paraísos fiscales (centros offshore) para escapar a los tentáculos de la Hacienda española. Así, según el informe elaborado por el Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa , 33 de las 35 empresas que componen el Ibex tenían presencia en dichos paraísos fiscales en el 2011, (lo que representa el 94 % de las compañías que operan en el selectivo español y un repunte del 8% con respecto al 2010), no siendo casualidad que el Banco Santander lidere el ranking de sociedades en dichos paraísos fiscales, seguido de BBVA .

El pozo sin fondo de las ayudas a la Banca problemática: La agencia Moddy´s estimó en octubre que el agujero de la Banca española sería de unos 120.000 millones €, sensiblemente superior a la calculada por la consultora Oliver Wyman al realizar la prueba de estrés la Banca española en el 2012 y según el economista.es, el dinero público y privado destinado a sanear los balances de entidades financieras inestables alcanzaría ya los 113.259 millones € ( más del 10 % del PIB), sumados los fondos inyectados tanto estatales como privados y el traspaso de activos tóxicos a la Sared, pero continúan las dificultades para vender las entidades rescatadas por el Estado ( Bankia, CCM, Cajasur, Unim, CatalunyaCaixa, la CAM, Banco de Valencia y Novacaixagalicia) así como mantener el banco malo o Sareb que fue creado para limpiar los balances de los bancos rescatados por el Estado y asumió activos tóxicos por un valor de 50.700 millones € (con un mínimo respaldo del 8% de capital mixto estatal y privado (4.800 millones de euros), lo que podría ser insuficiente para soportar posibles pérdidas yhará necesaria una nueva inyección de capital público, descartadas ya la ayudas de la banca privada,

Como paradigma de la imposibilidad de reflotar dichos bancos, estaría la entidad Bankia, quien tras su entrada en el Ibex 35, ha sufrido un penoso descenso a los infiernos bursátiles (caída del 51% en el Mercado Continuo e intervención dela CNMV para analizar la hecatombe) y el 28 de mayo culminará su segunda ampliación de capital poniendo en circulación un máximo de 11.094 millones de nuevas acciones valoradas en más de 15.500 milllones €. Los analistas auguran que muchos de los grandes inversores que ostentan acciones de títulos híbridos ( preferentes y deuda soberana), se deshagan de las acciones recibidas, por lo que no sería descartable la posibilidad de un descomunal fiasco que podría provocar su total hundimiento bursátil y posterior salida del Ibex 35, con lo que el Estado deberá inyectar de nuevo ingentes cantidades para evitar su desaparición, no siendo descartable que Rajoy se vea obligado a utilizar los 60.000 millones restantes del monto total de 100.000 millones de € destinados por Bruselas para dichas contingencias.

La tarea pendiente de la Banca: La reciente bajada de tipos de interés en el 2013 hasta el 0,5% y la continuación de la política de barra libre (LTRO) por el BCE, aliviará el endémico problema de liquidez de las entidades financieras e incrementará el beneficio de las mismas debido al diferencial entre lo que deben pagar para lograr liquidez del BCE (el 0,5%) y los intereses que marcan en la adquisición de deuda de Estado( cercanos al 5%), beneficios que no tendrán traslación a la economía real en forma de financiación del tejido productivo ( pymes y autónomos), sino que se destinarán a la refinanciación de las grandes empresas y los pagos de intereses de deudas contraídas.

Ello unido a la sustitución de la tradicional doctrina económica del equilibrio presupuestario del Estado por la del déficit endémico (práctica que por mimetismo  han adoptado  los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas), contribuirá a que el déficit público continúe desbocado y la prima de riesgo se mantenga en niveles cercanos a los 300 puntos, lo que unido a las sucesivas rebajas de la calificación de la Deuda del Estado podría incrementar las dificultades para obtener financiación exterior y estrechar aún más el maridaje financiero Estado Español- Banca Privada, quedando los elementos dinamizadores de la economía (autónomos y pymes) expuestos a la asfixia financiera que podría derivar en defunción por inanición económica.

Además, la aplicación de políticas de racionalización de servicios y optimización de resultados acelerará las previsibles fusiones de las cajas de ahorros más expuestas a los activos inmobiliarios y el cierre de incontables sucursales hasta dibujarse un escenario de cinco grandes cajas (operación que contaría con las bendiciones del Banco de España), no siendo descartable la continuación del proceso de fusiones bancarias hasta dibujarse un escenario con 6 grandes Bancos.

Finalmente, el Banco de España ha endurecido las condiciones para que la Banca realice re-financiaciones o re-estructuraciones de créditos .Se considerarán con carácter general que son riesgos sub-estándar, ( que tienen altas posibilidades de incurrir en impagos en el futuro). Si contamos con que en la actualidad , el 50% de las refinanciaciones ya estarían clasificadas como dudosas o sub-estándar, se deduce que las entidades financieras tendrán que destinar más provisiones para estos créditos (más de 10.000 millones de € según la agencia Fitch),lo que tendrá como efectos colaterales una posible constricción de sus ganancias y por ende del reparto de dividendos e impedirá que el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales a pymes y particulares.

El problema añadido de la deflación: Según el INE,la tasainteranual del IPC de abril sería del 1,4 % ( la más baja desde marzo del 2010), con lo que asistimos a una reducción del 1,3 % en el presente ejercicio ( del 2,7% al 1,4%) estimando el Gobierno que se pueda alcanzar el 1% a fines de Noviembre, con lo que podríamos asistir a escenarios de deflación en el horizonte del 2014. Por deflación se entiende “ la caída mantenida y generalizada de los precios de bienes y servicios durante un mínimo de dos semestres”, según el FMI y conjugada con una tasa de desempleo tan bestial como la española (27 % a finales del 2013), podría dar lugar a la aparición de un cóctel explosivo en la economía española de final incierto, ya que ambos elementos se retroalimentan.

Como causas,citaríamos el finiquito del consumismo compulsivo imperante en la pasada década,provocado por la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores debido a los exiguos incrementos salariales, congelación o dramática reducción de los mismos ( entre enero y noviembre del 2012, el aumento salarial pactado en los convenios ha sido del 1,31% frente al 2,48% de 2011con el agravante de una inflación del 2,9 % en noviembre), lo que unido a la ausencia de la cultura del ahorro doméstico, ha provocado una severa contracción del consumo interno ( según el INE, la caída de la demanda interna en el 2012 sería del 1,4 % ) y la brutal caída de ingresos del Estado ha provocado un drástico recorte de inversión en Obras Públicas , medida que ha afectado especialmente a la construcción de nuevas Autopistas, Embalses, Colegios Públicos, Establecimientos Penitenciarios, Centros Sanitarios y futuras líneas del AVE .

Caso de que el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales a pymes , autónomos y particulares y no se aproveche la dilación en los plazos para reducir el déficit hasta el 2016 para neutralizar la destrucción de empleo, la economía española se vería abocada a un peligroso cóctel explosivo, el llamado D+D,cuyos ingredientes sería una deflación en los precios (que impedirá a las empresas conseguir beneficios a y los trabajadores incrementar sus sueldos) y unas tasas de paro estratosféricas (rondando el 27%), lo que podríaderivar en una Década de estancamiento en la economía española , rememorando la Década perdida de la economía japonesa.

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marzo 26, 2013

La guerra mundial de la deuda

Iturria: acordem.org / Juan Torres

El pasado día 18 de este mes, el Banco Internacional de Pagos (BIP) actualizó unas series históricas sobre la deuda privada de cuarenta países. Los datos se refieren al sector privado no financiero que incluye a las empresas, hogares e instituciones sin ánimo de lucro y están tomados desde diferentes años de partida según los casos y después de haber tratado de homogeneizar las diferentes formas en que se han generado las deudas (la metodología y los datos de todos los países en formato Excel pueden verse en BIP, Long series on credit to private non-financial sectors).

Sorprendentemente, estos datos han pasado muy desapercibidos en los medios de comunicación a pesar de que son sencillamente escalofriantes y que, al menos desde mi punto de vista, llevan a dos grandes conclusiones. La primera, que el énfasis que se pone habitualmente en el peligro que supone la deuda pública (sin despreciarlo) es una cortina de humo para ocultar el principal cáncer que asola a la economía capitalista, y que es la deuda privada. Y la segunda, que este cáncer es tan grande que hace completamente insostenible al sistema porque éste no será capaz ni de amortizarla ni de hacerla desaparecer graciosamente.

De los datos que proporciona el Banco Internacional de Pagos para los diferentes países se pueden extraer resultados como los siguientes:

– La deuda privada de Estados Unidos (cuyo PIB es de unos 16 billones de dólares) era de 24,98 billones de dólares (millones de millones) a 30 de septiembre de 2012. Según los datos del BIP, este volumen de deuda es el doble del que había hace tan solo nueve años.

– La deuda de los países de la Eurozona computados era de 15,70 billones de euros (frente a un PIB de 8,7 billones) en la misma fecha, y también se ha duplicado en los últimos nueve años. El Reino Unido, que tiene una deuda privada total de 3,1 billones de libras (PIB de 1,4 billones), solo ha necesitado 7 años para duplicarla.
Por otro lado, los datos muestran que la evolución de la deuda en la inmensa mayoría de los países presenta algunas características comunes:

– La deuda privada en relación con el PIB ha aumentado extraordinariamente en casi todos los países, de representar alrededor del 50% del PIB en los años 60 o 70 del siglo pasado al 300% o incluso más de la actualidad.

– Aunque el porcentaje que representa el crédito que proporcionan los bancos sobre el total ha disminuido mucho a lo largo de los últimos años sigue teniendo una gran presencia junto al que proporcionan otro tipo de entidades financieras no bancarias.

– Finalmente, los datos del BIP señalan que el crédito a los hogares, que tradicionalmente era mucho más bajo que el que reciben las empresas, aumenta mucho en los últimos años, lo que claramente refleja la pérdida continuada de poder adquisitivo que hace que el recurso al crédito sea cada vez más necesario en mayor número de familias de casi todos los países.

Pero, sin duda, lo que merece una mención especial es la magnitud de la deuda que se está acumulando que ya es materialmente impagable. Así es; no hay posibilidad ninguna de que el sistema la absorba en la cantidad tan inmensa que ha alcanzado. No puede haber ingresos suficientes para pagarla sin que colapse el sistema capitalista.

Seguramente, muchas personas pensarán que no tiene sentido que los bancos y las entidades financieras en general sigan generando constantemente esos volúmenes tan grandes de deuda, que como hemos visto se duplican cada 7 o 9 años, sabiendo que no la van a cobrar nunca. Pero sí lo tiene y es muy importante conocerlo.

El secreto consiste (como hemos explicado Vicenç Navarro y yo en nuestro libro Los años del mundo. Las armas del terrorismo financiero, Espasa 2012) en que los bancos crean la deuda desde la nada, simplemente realizando meras anotaciones contables. Por tanto, no les cuesta nada generarla. Y, sin embargo, esa deuda está asociada a los intereses (es decir, a una retribución que pagamos a los bancos por darnos dinero que crean de la nada), de modo que los bancos siempre tienen un retorno suficiente como para obtener beneficios impresionantes y convertirse en los dueños del mundo sin necesidad de que se devuelva la totalidad de la deuda que han creado. Solo les basta con emitirla sin parar.

Gracias a los intereses, la deuda se autoalimenta: se necesita cada vez más deuda para pagar la deuda anterior. De hecho, la inmensa mayor parte de la deuda gigantesca que registran los datos del BIP (como la de todos los países) es deuda que ha habido que suscribir para hacer frente a la deuda previa que han generado los intereses que ha habido que pagar por una deuda generada por los intereses de deudas anteriores… y así sucesivamente, formándose de ese modo la espiral que condena a la inmensa mayoría de la humanidad al empobrecimiento.

En la antigüedad las deudas eran uno de los orígenes de la esclavitud. Hoy día creemos que ya está abolida pero es mentira porque la deuda sigue convirtiendo en una especie singular de esclavos, esclavos de facto, a cientos de millones de personas y familias en todo el mundo. La deuda les quita la libertad y los condena de por vida, nos ata y convierte a las sociedades en verdaderas prisiones.

La deuda es la forma de la nueva guerra mundial que la banca libra sin haberlo declarado contra la inmensa mayoría de la humanidad.

Hay que acabar con eso. Hay que abolir la esclavitud de la deuda y sabemos lo que hay que hacer para ello: principalmente, terminar con el privilegio irracional e inmoral que permite a los bancos crear dinero de la nada cada vez que dan un crédito. Eso es lo que los lleva, en su búsqueda constante del máximo beneficio, a presionar de mil modos para que el modo de producir y nuestra forma de consumir dependa total y artificialmente del crédito, que es su negocio.

marzo 26, 2013

Las disparatadas ayudas públicas al sector bancario

Iturria: quiendebeaquien.org / Carlos sanchez Mato – 2013/03/26

El proceso de reestructuración del sector bancario español cumple ya cinco largos años. La estrategia de los Gobiernos (de dos partidos distintos) ha tenido vergonzosas similitudes que han calado en gran parte de la población informada de manera casi exclusiva por los medios de comunicación de masas.

El mensaje que se ha ido transmitiendo en cada uno de los hitos por los que ha pasado el salvamento de las entidades financieras es que el problema está limitado a una pequeña parte del sector y a una porción de los préstamos. En ningún caso, han declarado a todo aquel que les ha querido escuchar, se trata de problemas de solvencia. Las turbulencias pasarán y el crédito volverá. La buena gestión que han demostrado las entidades bancarias de mayor tamaño y con una sólida implantación internacional cimentará la próxima y cercana recuperación económica. Para hacer frente a las necesidades de las pocas entidades (cajas de ahorros) gestionadas por el sector público, hemos tenido que hacer algunos sacrificios pero el quebranto ya está solucionado con un préstamo en ventajosas condiciones que nos ha concedido el Mecanismo Europeo de Estabilidad y que ha sido un 60% inferior a los 100 mil millones de euros que nuestros socios europeos habían puesto a nuestra disposición. Por supuesto, los ahorros de los ciudadanos están plenamente garantizados. La explicación es radicalmente falsa y hoy la población lo intuye. La falaz historia ha ido acompañada de una necesaria e imprescindible desinformación: En ningún organismo público se informa de manera completa y global de las ayudas públicas puestas a disposición de las entidades bancarias y se utilizan todo tipo de artimañas para disminuir el importe de las mismas. ¿Por qué motivo? Realmente es muy sencillo de comprender. El sector bancario es absolutamente dependiente de las ayudas públicas repartidas entre unas limitadas medidas de capitalización y las articuladas para facilitar la liquidez que suponen más de 275 mil millones de euros. A ese descomunal importe hay que añadir la financiación del Banco Central Europeo que eleva a más de 632 mil millones de euros el auxilio facilitado al sector. La responsabilidad para el Estado no se queda en la anterior cifra dado que, en aras a facilitar la financiación barata de las entidades bancarias, garantiza los depósitos de hasta 100 mil euros por titular sin disponer de fondo alguno para ello. Sería difícil de sostener por parte de las élites políticas y económicas que el rescate del sistema financiero ha precisado de 1,42 billones de euros de ayudas públicas hasta diciembre de 2012. Utilizar el 136% del PIB español o el equivalente a seis veces la recaudación impositiva anual de todas las Administraciones Públicas cuando se están pidiendo continuos sacrificios a los ciudadanos no es algo al alcance de nuestros dirigentes políticos.

Sobre todo cuando el análisis de la situación demuestra que el rescate ha sido insuficiente porque solamente una pequeña parte de esas ayudas lo han sido en forma de capital (87.357 millones de euros) mientras que el resto (1,33 billones de euros) son medidas para paliar su falta de liquidez como préstamos, adquisición de activos, garantías y avales. Estos mecanismos no solucionarán sus problemas de solvencia. El riesgo en el que ha incurrido el sector público explica aunque no justifica en modo alguno, las actuaciones políticas de protección y salvamento de todas y cada una de las entidades bancarias. El desequilibrio en el que se está incurriendo es brutal ya que los accionistas privados tienen comprometido un euro por cada diez que arriesga el Estado y, sin embargo, el Estado no tiene capacidad de decisión política en la mayoría de las entidades.

La superación de la actual situación requerirá inevitablemente la nacionalización de la práctica totalidad del sector financiero por la conversión de gran parte de las ayudas públicas ya desembolsadas en capital y el radical saneamiento de las pérdidas ocultas en los balances. O eso o tendremos que enfrentarnos a una quiebra de las finanzas públicas arrastradas de forma directa o indirecta por el sector financiero. Solo con control público permanente se podrá ejecutar la necesaria reducción y adecuación del sector bancario a un modelo de negocio enfocado a la economía real y a la vertebración de tejido productivo.

En el siguiente informe se pueden visualizar las ayudas públicas destinadas a sostener al insolvente sistema financiero español, siempre tomadas de fuentes oficiales.

febrero 28, 2013

Las causas reales de los recortes

Iturria: Vicenç Navarro / Publico.es 2013/02/28

Uno de los argumentos que se dan con mayor insistencia para justificar las políticas públicas de recortes de gasto público, incluyendo gasto público social, es que los Estados se están gastando mucho más de lo que pueden hacerlo. Desde esta postura se argumenta que los gastos en pensiones, en sanidad, en educación, en servicios sociales, en escuelas de infancia y una larga lista de transferencias y políticas públicas del Estado del Bienestar han  alcanzado dimensiones que no son sostenibles para las arcas del Estado, sean éstas del gobierno central o de las Comunidades Autónomas (CCAA). De acuerdo con tal teoría, el gobierno español ha tomado la decisión de recortar nada menos que 39.000 millones de euros en 2013 que van a afectar muy negativamente a los componentes citados del Estado del Bienestar de España y de sus Comunidades Autónomas, incluyendo Catalunya. Los recortes impuestos por el gobierno central a las CCAA -que son las que gestionan la mayoría de los servicios públicos de tal Estado del Bienestar- representan un ataque frontal (y no hay otra manera de describirlo) a estos servicios públicos, que ya están entre los menos financiados de la UE-15, el grupo de países de nivel de desarrollo semejante al español, incluyendo el catalán. El gasto social (predominantemente público) por habitante en España y en Catalunya está entre los más bajos en tal comunidad. La media de la UE-17 (que es la UE-15 más Eslovaquia y Estonia) fue de 8.030 unidades de poder de compra en 2010, mientras que en España fue de 6.284 y en Catalunya de 6.563. Es decir, que tanto España en su conjunto como Catalunya gastan en protección social aproximadamente una quinta parte menos de lo que gastan los países con semejante nivel de desarrollo.

El argumento de que nos hemos estado gastando más de lo que podemos gastarnos carece pues de credibilidad científica. Mientras que el nivel de riqueza de España y Catalunya fue el 91% y el 110% del PIB del promedio de la UE-15 respectivamente, el gasto social por habitante fue sólo del 78% y del 82% del promedio de tal comunidad incluyendo también Estonia y Eslovaquia. Tanto España como Catalunya son lo suficientemente ricas como para gastar muchos más recursos de los que gastan en su Estado del Bienestar. Lo que ocurre es que el Estado no los recoge. Los ingresos al Estado y a la Generalitat de Catalunya son más bajos de lo que les correspondería por el nivel de riqueza que tales países tienen. Mírese como se mire, el hecho es que los recortes no pueden justificarse porque nos gastemos demasiado.

La causa de tales recortes hay que buscarla en otro lugar. Y éste es, precisamente, en el enorme poder que las entidades financieras tienen, tanto en Catalunya y en España, como en la Eurozona, donde recae la responsabilidad por tales recortes. Veamos los datos. A la vez que el gobierno español quiere recortar 39.000 millones de euros, el mismo gobierno tiene pensado gastarse 38.589 millones de euros sólo en pagar los intereses de la deuda pública, intereses que han sido artificialmente elevados como resultado del diseño del sistema financiero de la Eurozona. Si el Banco Central Europeo (BCE), y antes el Banco de España, hubieran prestado desde 1989 al Estado español dinero a los mismos intereses a los que el BCE lo ha prestado a la banca privada, la deuda pública española sería hoy un 14% del PIB, en lugar del 90%. El Banco Central Europeo no es un Banco Central sino un enorme lobby de los intereses financieros. De ahí que preste dinero a un 1% a la banca privada y que sea ésta la que con este dinero compre bonos del Estado español a unos intereses del 6% y del 7%. Un negocio redondo y que la población paga a base de recortes y recortes del gasto público, incluyendo el social. Ésta es la razón de que haya tantos recortes. Y todo un tinglado ideológico se ha construido y promovido por los medios de mayor difusión a fin de justificar tal realidad. Así de claro.

Vicenç Navarro: Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

febrero 22, 2013

Cómo especular contra la deuda pública de un país como España

Iturria: eduardogarzon.net – 2013/02/22

¿Por qué sube la prima de riesgo de un país?  En principio porque los inversionistas financieros (conocidos como “los mercados”) confían menos en la solvencia del país en cuestión. Recordemos que cuando el Estado de un país emite deuda pública, lo que está haciendo en realidad es entregar títulos (papelitos) a cambio de que le presten dinero. Esos préstamos tienen un tipo de interés, que es el coste que tiene que pagar el Estado por haber pedido dinero prestado. Por ejemplo, en el año 2012 un inversionista recibe un título del Estado español y a cambio le presta 1000 euros a un tipo de interés del 1% con fecha de vencimiento de un año. En 2013 el inversionista devolverá el título y el Estado español le devolverá los 1000 euros más el 1% en concepto de intereses (10 euros), en total: 1010 euros. El inversionista termina con más dinero del que tenía al principio, y de esta forma se lucra.

El tipo de interés que acuerden será más alto a medida que el Estado empeore su situación económica, puesto que es una forma de compensar el posible hecho de que al final el Estado no pueda devolver el dinero. De la misma forma, a mejor situación económica del país, menor tipo de interés. Si los inversionistas creen que un estado es solvente y podrá devolver el dinero que le prestan, entonces pedirán un tipo de interés reducido. Esto es precisamente lo que ocurre actualmente con Alemania. Los inversionistas piensan que el Estado alemán es solvente y por lo tanto le prestan dinero “barato” (es decir, a un tipo de interés reducido: 1,62%). Al mismo tiempo esos mismos inversionistas creen que España tiene probabilidades de tener problemas de solvencia y no pagar sus deudas, por lo que le prestan dinero a un tipo de interés más elevado (5,17%). A la diferencia existente entre el tipo de interés que le piden a Alemania y el que le piden a España se le denomina “prima de riesgo” (5,17% – 1,62% = 3,55% = 355 puntos básicos (1)).

Parece comprensible que los inversionistas cada vez confíen menos en el Estado español, debido a la desastrosa situación económica que está atravesando. Pero, ¿es comprensible que en ocasiones la prima de riesgo española se dispare en un solo día, o incluso en unas pocas horas, cuando no ha pasado nada digno de mención en la economía española? Eso no parece tener sentido, al menos no si sólo tenemos en cuenta que el tipo de interés sube o baja dependiendo de la confianza que tengan los inversionistas en la solvencia del Estado. Lo que ocurre es que en ese movimiento influyen otros factores, y especialmente el de la especulación financiera.

Especular es comprar barato y vender caro para obtener beneficios con la diferencia de precios. En el mercado financiero es relativamente fácil especular porque el precio de los activos responde sensiblemente a los cambios en la oferta y demanda de títulos. Un pequeño inversionista no podrá influir en el precio de un activo, pero un gran inversionista que posea cantidades mastodónticas de dinero sí lo podrá hacer. Aquí ofrecemos una explicación sencilla de una de las formas a través de las cuales los especuladores financieros obtienen enormes beneficios atacando a la deuda pública de los países (y particularmente a la deuda española a partir de 2010).

1)      El primer movimiento del especulador consiste en descubrir alguna debilidad de algún país. Al igual que los tiburones atacan cuando huelen la sangre, los especuladores atacan cuando encuentran alguna fisura en la salud de una economía nacional. Es por este motivo que los especuladores no pueden atacar a países como Alemania o Estados Unidos, sino que sólo pueden hacerlo con aquellos países menos vigorosos (España, Grecia o Portugal son algunos ejemplos; las dudas económicas sobre estos países a partir de 2010 los convirtieron en presas fáciles de abordar).

2)      El segundo movimiento consiste en comprar CDS para utilizarlos como “caballo de Troya”. Un CDS es un título financiero (papelito) que funciona como un seguro. Al igual que un seguro de coche te cubre en caso de accidente, un CDS te cubre en caso de que algún Estado no te devuelva el dinero que le prestaste. El especulador le compra los CDS a un banco de inversión que se compromete, en caso de que el Estado español no devuelva el dinero, a cambiarle el título de deuda pública española por un título de deuda pública alemana (que goza de mayor confianza y seguridad). El CDS tiene un precio, que será más alto conforme más elevado sea el riesgo de que el Estado no devuelva el dinero (al igual que un seguro de coche es más caro conforme más probabilidades tenga el conductor de sufrir un accidente). Puesto que todavía (principios de 2010) no hay dudas serias sobre la solvencia del Estado español, este precio es bajo. El especulador se asegura de comprar muchos títulos de CDS para que luego funcionen como un “caballo de Troya”.

Lo gracioso es que el especulador puede comprar los CDS aunque no tenga títulos de deuda pública en su poder, debido a las pocas normas regulatorias que existen en los mercados financieros.

3)      El tercer movimiento consiste en pedir prestados una cantidad enorme de títulos de deuda pública en el mercado secundario. El especulador obtiene así muchísimos títulos de deuda pública española que se compromete a devolver pasado un tiempo. Pero antes de que llegue el momento de devolverlos, los venderá de forma masiva y en un solo día (las normas de los mercados financieros permiten hacer algo tan estrafalario como vender títulos que te han prestado). La venta de tantos títulos de deuda pública no pasará desapercibida, y los demás inversionistas verán en ella una señal de que están empezando a desconfiar de la solvencia del Estado español, puesto que parece que hay mucha gente vendiendo los títulos de deuda pública española. Si esta acción se acompaña de rumores y opiniones (por parte de expertos relacionados con el fondo especulador, por ejemplo) que lanzan el mensaje de que el Estado español tendrá problemas para afrontar sus pagos, entonces el efecto será aún mayor, y los inversionistas poseedores de títulos de deuda pública española se asustarán y venderán ellos también todos los títulos que puedan. Como muchos agentes quieren librarse de los títulos a toda costa, los venderán al precio que sea y esto hará que pierdan mucho valor (por la ley de la oferta y la demanda; cuantos más agentes ofrezcan algo, más bajará su precio).

Al mismo tiempo, nuestro especulador utiliza el dinero que ha recibido por la venta de títulos de deuda española para comprar títulos de deuda pública alemana, empujando al alza la valoración de estos títulos alemanes (por la ley de la oferta y la demanda; cuantos más agentes demanden algo, más subirá su precio).

4)      El cuarto movimiento se produce de forma automática: es el impacto que tiene el “caballo de Troya” instalado a través de los CDS. Recordemos que nuestro especulador compró muchos CDS (seguros) a un banco de inversión. Este banco de inversión (vendedor de seguro) empieza a ver que el Estado español tiene más posibilidades de quebrar. Puesto que se comprometió a entregar títulos de deuda pública alemana a los compradores de CDS en el caso de que el Estado español quebrara, lo que hace el fondo de inversión es comprar títulos de deuda pública alemana para tener suficientes en su cartera (y también vender títulos de deuda española porque tienen ya muy poco valor). Estos dos movimientos reforzarán la senda iniciada por nuestro especulador: venta masiva de títulos de deuda pública española (lo que reducirá su precio) y compra masiva de títulos de deuda alemana (lo que aumentará su precio).

5)      El último movimiento consiste en recoger las ganancias realizadas por el movimiento especulativo. Nuestro especulador compró muchos títulos de deuda alemana a un precio bajo, y ahora que han aumentado mucho su valor los vende, obteniendo suculencias ganancias. Además, ahora comprará títulos de deuda pública española a precios muy bajos y los devolverá al agente que se los prestó en su día. Pero para rematar la jugada venderá los CDS que compró al principio, puesto que ahora se valoran mucho más ya que hay gente asustada que quiere comprar seguros por si el Estado español quiebra. Más ganancias al vender los CDS.

Así es cómo los especuladores actuaron y actúan para cosechar beneficios mastodónticos al mismo tiempo que ponen a España y otros países contra la espada y la pared al provocar un aumento importante de sus primas de riesgo (ya que la confianza en sus títulos de deuda baja, y la depositada en los títulos alemanes sube). Una actuación abominable y criminal que está permitida por los grandes poderes públicos de los países occidentales.

Notas:

(1)    A 20 de febrero de 2013.

febrero 12, 2013

La interminable historia de la banca

Iturria: Michael Roberts / quiendebeaquien.org – 2013/02/12

Es una historia de nunca acabar. El sector bancario mundial sigue revolcándose en un lodo de escándalos, corrupción y mala gestión. Y continua sin satisfacer su supuesto objetivo, a saber, proporcionar liquidez y crédito a los hogares para comprar artículos caros (o incluso cubrir sus gastos mensuales) y a las empresas para que puedan pagar por el capital y la inversión que necesitan para crecer. Y sin embargo, en 2012, los precios de las acciones de los bancos se han disparado por encima del 25%, más que los índices de los mercados de valores en auge.

Durante el colapso financiero de 2008, el sector bancario de los EE.UU. tuvo que descontar 600 mil millones de dólares en activos y su valor bursátil cayó en 1 billón de dólares. Sin embargo, las autoridades (de la Reserva Federal y el Tesoro), «en nombre de los contribuyentes, rescataron a estos bancos errantes con dinero en efectivo, garantías y préstamos por valor de más de 3 billones de dólares. Ahora, con la recuperación supuestamente en marcha, hay menos bancos, pero son más grandes y vuelven a sus viejos trucos, igual que antes.

Ahí están los bancos del Reino Unido: Barclays ha sido multado con 450 millones de dólares por su participación en el llamado escándalo del Libor, en el que los corredores de los bancos se pusieron de acuerdo para fijar el tipo de interés de los préstamos interbancarios, que establece la base del coste de la mayoría de los créditos en todo el mundo. Esta conspiración implica que autoridades locales, organizaciones benéficas y empresas terminaron pagando más de lo debido por los préstamos. HSBC fue acusado por el Congreso de los EE.UU. de lavar el dinero de los carteles de la drogas mexicano y violar las sanciones contra Irán (al igual que Standard Chartered). Lloyds Bank, junto con todos los otros bancos, ha tenido que compensar a sus clientes por obligarles a contratar seguros de accidentes personales por una suma de £ 5.300 millones de libras, dinero que podría haber sido mejor utilizado para financiar la industria y abaratar los créditos.

Y el RBS. Este banco británico acabó de rodillas en el colapso financiero gracias a la gestión liderada por (Sir) Reg Goodwin, nombrado caballero por sus servicios al sector (¡!). Goodwin destacó por su matonería, su inclinación al riesgo y sus enormes bonificaciones. Se fue, pero no sin una pensión escandalosa y muchos apretones de manos de la junta del RBS, al igual que todos los altos ejecutivos de los bancos cuando se les ha pedido que “se retiraran” después de un escándalo. Nadie ha sido acusado o condenado por un tribunal penal por las operaciones de estos bancos globales después de que estallaran los escándalos y se descubrieran sus actividades ?(Ver mis notas 1 y 2)

Por el contrario, los bancos han restado toda importancia a estos escándalos. JP Morgan mantuvo un equipo de operaciones de alto riesgo en Londres dedicado a la comercialización masiva de derivados, las mismas «armas financieras de destrucción masiva» (para usar la terminología del mayor inversor del mundo, Warren Buffet) que desencadenaron la crisis de 2008. La ’ballena de Londres’, como se le llamaba, hizo perder al banco ¡6 mil millones de dólares! Y hay que recordar que eso ocurrió en 2012, no 2008. El corredor principal, Bruno Iksil, les dijo a sus jefes ejecutivos que estaba preocupado por el tamaño “espantoso” de las transacciones que operaba. Pero no le hicieron caso. Y los supervisores en EE.UU. del banco, la Oficina del Interventor de la Moneda, que supuestamente vigilaba muy de cerca a los bancos, tampoco hicieron nada. En marzo de 2012, las pérdidas comerciales iban en aumento y fueron hechas públicas, pero aún así el jefe ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon, afirmó que el asunto sólo era «una tormenta en un vaso de agua».

Esta fue la respuesta típica de los gerentes de los bancos. Bob Diamond -el ex presidente de Barclays, que acabó finalmente destapando el escándalo del Libor, pero sólo porque el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King le obligó-, tuvo que reconocer que «para mí, la evidencia de que existe cultura es cómo se comporta la gente cuando nadie la está mirando». Exacto, y es evidente cual es la cultura bancaria, es decir como se utiliza el dinero de los clientes, los contribuyentes y los inversiones en bonos y acciones para tratar de obtener grandes beneficios a través de fondos de riesgo y cobrar así unas primas grotescas. Y nada ha cambiado realmente. Esta misma semana, el jefe del departamento de gestión de patrimonios privados de Barclays fue despedido por «deficiencias culturales» en su departamento. Al parecer, un informe secreto había comprobado que el banco se dedicaba a buscar «ingresos a toda costa» y utilizaba «la intimidación y el chantaje» al personal para conseguirlo. Este informe ha sido hecho desaparecer por el jefe de la división, que era un aliado cercano de Bob Diamond.

Y con esto no acaba todo. Ahora se ha sabido que durante el colapso financiero, cuando Barclays se vio amenazado con una nacionalización parcial, la junta de Barclays prestó dinero a Qatar para que invirtiera en acciones del propio banco por valor 12 mil millones de libras. De esta manera, el banco evitó controles del Estado ¡mediante la emisión de más préstamos! Todavía no está claro qué «comisiones» se les pagaba a los inversores de Qatar. Dexia, el banco belga, eventualmente forzado a la nacionalización, también intentó el mismo truco en 2008 y también lo hizo el podrido banco de Islandia, Kaupthing, que «prestó» dinero a un miembro de la familia real qatarí, que lo reinvirtió en el banco. Los qataríes cobraban una «comisión» y si las acciones no valían nada después, a ellos les daba igual. Simplemente aumentaban las pérdidas del banco y el coste para el contribuyente en caso de rescate.

Y casi me olvido del Monte dei Paschi di Siena. Se descubrió que este antiguo banco venerable del centro de Italia utilizaba una doble contabilidad para ocultar el hecho de que su división de derivados, fuera de control, había perdido más de 700 millones de euros en diversas operaciones. Este viejísimo banco, con una supuesta tradición de banca prudente se dedicaba igual que todos los demás a operaciones de alto. Y de nuevo, los reguladores, en esta ocasión el Banco de Italia, dicen que no sabían nada de ello hasta que el banco pidió ser rescatado con el dinero de los contribuyentes para salvarse de la quiebra. El actual presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, era el presidente del Banco de Italia en esa época.

Nadie ha sido acusado por estas actividades inmorales y probablemente ilegales. En cambio, lo que ha sucedido es que los trabajadores de los bancos, la mayoría de los cuales no han tenido la menor participación en estos escándalos y operaciones de alto riesgo, que solo trabajaban en oficinas de poca monta o en las ventanillas, han sido despedidos por miles para reducir costes. Y cada mes se recortan más puestos de trabajo.

El alcance y la naturaleza de estos continuos escándalos han obligado incluso a los partidarios del «libre mercado» y de la City de Londres, como el ex ministro de finanzas thatcherista, Nigel Lawson, ¡a pedir la nacionalización completa del RBS! El banco es ya propiedad de los contribuyentes en un 82%, pero eso no significa nada porque los contribuyentes no tienen ni voz ni voto en la gestión del banco, que primas se pagan y qué hace el banco con los depósitos, préstamos e inversiones.

Y es así porque el gobierno no «interfiere» y se mantiene fuera, esperando privatizar el banco tan pronto como sea posible. No lo ha hecho, hasta el momento, porque las acciones del RBS siguen siendo estando tan bajas que los contribuyentes perderían algo así como 30 mil millones de libras en el valor de las acciones de propiedad pública. Sin embargo, Lawson defiende que el banco, en vez de ser privatizado, debe ser totalmente nacionalizado y el gobierno intervenir en su gestión para «convertirlo en un instrumento para aumentar los créditos a las empresas». Lawson ha llegado a decir que los bancos deben «predicar con el ejemplo» y comportarse correctamente de ahora en adelante, pero por detrás del escenario hacen una enorme presión para evitar cualquier regulación adicional o aumentar las tasas de liquidez y control de riesgos.

Como hemos visto, este cabildeo ha funcionado, y el Consejo de Estabilidad Financiera del G-20 ha cambiado de orientación, se ha relajado y pospuesto una regulación más estricta (ver mi nota al respecto). Lawson comentó: «Yo no creo que el gobierno tenga que temer a los bancos en lo más mínimo. De vez en cuando se oyen amenazas de que se van a ir del Reino Unido, pero son solo tonterías».

Tras los escándalos se encuentran las preguntas más importantes de: ¿para qué sirven los bancos? y ¿qué valor añadido o que servicios contribuyen a la sociedad? Los comités de dirección de los bancos ocultan estos temas tras una nube de complejidades. Alegan que son instituciones tan complejas que sólo personas muy bien remuneradas e inteligentes pueden dirigirlos. Pero al parecer, no lo han hecho tan bien. Las cuentas de los bancos más importantes son, en palabras de uno de los analistas financieros más importantes de todo el mundo, Meredith Whitney, «increíblemente difíciles de leer». Y sin embargo, como Whitney dice, en realidad no es tan difícil, «después de todo, los bancos ganan dinero mediante la venta de productos y del margen que obtienen de esos productos, lo mismo que cualquier otro negocio». Pero también sabemos que estos excesivamente retribuidos ejecutivos bancarios no tienen ni idea de hasta que punto están jugando con fuego cuando utilizan los activos de sus bancos para operar y comprar productos de alto riesgo. Los reguladores financieros tratan de encontrar la manera de medir el riesgo que supone acumular activos como créditos, hipotecas, bonos y derivados de los mismos. Pero un nuevo informe de los reguladores bancarios del mundo ha concluido que no solo la información no es suficiente para juzgar si un banco ha acumulado demasiado «riesgo» o no (ver aqui), sino que cree que las estimaciones de riesgo de los bancos podrían ser en realidad ¡cinco veces superiores a las confesadas! Que Dios nos ayude.

Recientemente ha tenido lugar un debate entre los economistas ortodoxos sobre si el sector financiero añade algún valor a la economía. En los EE.UU., el sector financiero ’contribuye’ el 8% de todos los ingresos de la economía. En un nuevo estudio, dos académicos trazan el crecimiento del sector financiero, que, sorpresa, sorpresa, no es el resultado de conceder más préstamos a la industria o los hogares, sino en la creación de activos respaldados en hipotecas y otros instrumentos financieros exóticos para venderse basura tóxica entre sí (The Growth of Modern Finance). Lo que el estudio demuestra es que gran parte de las operaciones de banca no ha sido para ayudar a la industria y los hogares, sino para participar en ’tradings’, que básicamente significa, en palabras de Michael Lewis, autor del libro Poker de mentirosos, «dejar sin blanca a los necios».

Los mercados financieros son ineficientes en la asignación del crédito y el ahorro y el sector financiero es inherentemente inestable y propenso a las crisis (Minsky, Shiller, etc). Por encima de todo, lejos de añadir «valor» a la economía, el sector reduce los recursos disponibles para la inversión productiva (en el sentido capitalista) y en su lugar canaliza el sobreproducto hacia capital ficticio que solo sirve para «destruir valor”.

El economista neoclásico John Cochrane ha medio defendido que no hay nada de qué preocuparse porque al final este tipo de inversiones son eliminadas por las fuerzas racionales del mercado (tamaño del sector financiero). El problema es que, incluso si el mercado puede asignar recursos de manera “eficiente” como afirma la escuela neo-clásica, la experiencia del ascenso del sector financiero en los últimos 30 años es que puede llevar un tiempo tremendamente largo hacerlo. Y entonces sólo “racionaliza” estas inversiones ficticias «fuera del mercado», mediante el colapso financiero y la destrucción “colateral” de capital productivo y empleo.

Lo que demuestran los continuos escándalos de la banca es que el sistema bancario global no ha cambiado realmente ni su cultura ni su razón de ser y que tampoco puede hacerlo. Que tiene que orientar la mayor parte de sus actividades hacia la maximización de beneficios y eso significa hacia áreas que tienen mayor riesgo y no hacia préstamos con “márgenes bajos” a la industria y los hogares. Y los llamados reguladores no pueden cambiarlo. Han sido presionados y acosados por los bancos para que no «limiten» sus actividades «demasiado» o para que les obliguen a apartar demasiado dinero o capital para cubrir posibles pérdidas, porque esto no es rentable. Y las comisiones creadas para recomendar una drástica reestructuración del sector bancario (Vickers en el Reino Unido, Volcker en los EE.UU.), obligándoles desde arriba a dividirse para que no sean «demasiado grandes para quebrar», o forzando a los bancos a elegir entre ser una banca minorista o de inversión, han sido menospreciadas o ignoradas. La solución de Nigel Lawson sigue siendo la única forma práctica y eficaz de transformar el sistema bancario en un servicio a la sociedad no monstruo destructor de valor. Consúltese el folleto delsindicato de bomberos del Reino Unido y sus argumentos a favor de la propiedad pública de los bancos. Anexo:

He aquí una gran cita del economista novecentista Frederic Bastiat, cortesía del análisis devastador de Bill Black sobre la corrupción de los banqueros durante la crisis: «Cuando el saqueo se convierte en una forma de vida para un grupo de hombres que viven juntos en sociedad, acaban creando para sí mismos en el transcurso del tiempo un sistema legal que lo autoriza y un código moral que lo glorifica».

Y los Países Bajos acaban de nacionalizar SNS Reaal NV, el cuarto mayor banco en importancia sistémica de los Países Bajos, con un coste para los contribuyentes holandeses de 3.700 millones de euros, después de las pérdidas por sus propiedades de bienes raíces, sobre todo de activos españoles. El Estado inyectará 2.200 millones de euros en nuevo capital, perdonándole 800 millones de euros que el banco aún adeuda tras su rescate durante la crisis financiera. También cancelará 700 millones en el valor de los activos inmobiliarios del banco. Además, el gobierno va a imponer un impuesto extraordinario de 1.000 millones a los bancos holandeses en 2014, como una contribución para el restablecimiento de la salud del sector financiero. Sin embargo, los tenedores de bonos estarán protegidos.

Michael Roberts es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.

febrero 10, 2013

¿Existe una crisis sistémica en la banca?

Iturria: Marco Antonio Moreno / Attac – 2013/02/10

Han pasado cinco años y medio desde aquel 6 de agosto de 2007 que marcó la quiebra del American Home Mortgage Investment Corp provocando una reacción en cadena de toda la banca mundial que culminó con la caída de Lehman Brothers. Con sus 150 años de vida, Lehman Brothers era un banco protagonista de la historia de Estados Unidos: superó la guerra de Secesión, las dos guerras mundiales, Corea, Vietnam y Al-Qaeda. Pero no logró sobrevivir a la crisis financiera y se fue a pique. Desde entonces, la banca no ha dejado de temblar provocado serios espasmos, catarsis e implosiones que, pese al masivo apoyo de los gobiernos, continúan propagando el miedo y la incertidumbre global.

Ya hicimos referencia a la quiebra que enfrenta el Monte dei Paschi Di Siena, un banco italiano con 540 años de historia que sufre el error de aplicar las mismas tácticas que los chicos de Goldman Sachs enseñaron a quienes llevaban las finanzas públicas helenas para camuflar los déficit. Fue la llamada contabilidad creativaque atrajo a tantos seguidores desde fines de los años 90. Por esta vía el banco italiano vulneró varias defensas y se sobreendeudó acumulando más de 800 millones de euros en pérdidas y rescates por 3.900 millones de euros.

Los problemas que vive el Monte Dei Paschi no son los únicos de la banca europea. El viernes 1° de febrero el gobierno holandés se vio obligado a nacionalizar al SNS Reaal, la cuarta institución financiera de Holanda, al ser víctima de una corrida bancaria y estar paralizada por sus préstamos hipotecarios. SNS Reaal requiere una inyección pública de 800 millones de euros para no quedar a la deriva…

Ese mismo día, el Credit Agricole francés señaló que su deterioro durante el año pasado llegó a los 3.800 millones de euros, por lo que requería un nuevo socorro estatal. El llamado banco verde de Francia paga así sus ambiciones globales previas a la crisis, en la cual se expandió superando todo nivel de riesgo, y de lo cual su filial griega Emporiki le ayuda a completar un lastre de 17.400 millones de euros en rojo.

Las malas noticias de la banca no terminan aquí: el gigante bancario del Reino Unido Royal Bank of Scotland fue castigado ayer a pagar 612 millones de dólares por manipular la Tasa Libor. Se suma en este castigo a los aplicados al británico Barclays por 500 millones de dólares y el suizo UBS por 1.500 millones de dólares. Hasta el momento solo tres bancos de los quince que se investigan han negociado su castigo. La investigación se mantiene firme con el resto de bancos que hicieron trampas y que manipularon la Tasa Interbancaria de Londres para obtener jugosas ganancias a costa de empobrecer a sus clientes.

En esta manipulación de la Tasa Libor tampoco se salva la banca alemana. Cinco ejecutivos del Deutsche Bank fueron despedidos por encontrar manipulación y detectar que “se comportaron de manera inapropiada” respecto al manejo de la mayor mesa de dinero del banco de Frankfurt. La codicia y la ambición no tienen fronteras. El problema es cuando el ánimo de lucro de quien tiene las riendas del sistema implica directamente el empobrecimiento del resto. Esto genera una gran pérdida de confianza que golpea como un búmerang justamente a los que iniciaron el fraude: la banca. Si no fuera por el contundente apoyo que le han dado los gobiernos del mundo, la banca ya estaría obsoleta. Mantenerla a flote ha sido un coste innecesario que los contribuyentes cargarán durante al menos una década.

Imagen | Karen Bryan – Billete de 10 libras del RBS

febrero 5, 2013

Sin dinero público, no somos nada

Iturria: Carlos Sánchez Mato / Attac – 2013/01/31

A pesar de las triunfalistas declaraciones pronunciadas recientemente por el Gobierno español, el sector bancario no ha solucionado aún sus graves problemas de solvencia. Hasta el mes de diciembre de 2012, las entidades financieras españolas han recibido más de 589 mil millones de euros de fondos públicos en concepto de ayudas. Únicamente el 13,72% del total son ayudas de capitalización mientras que el 86,28% han sido ayudas a la financiación de las mismas. Ayudas directas en forma de capital, seguros contra pérdidas futuras, avales a las emisiones de deuda, adquisición de activos líquidos, suelo e inmuebles, suscripción de participaciones o bonos preferentes convertibles y préstamos ilimitados del Banco Central Europeo. Toda una batería de variados instrumentos para mantener a flote a las entidades bancarias al que hay que añadir el aval implícito gratuito que el Estado está dando al permitir que un Fondo de Garantía de Depósitos en quiebra técnica y que no dispone de patrimonio garantice los depósitos que los ciudadanos tienen en las entidades hasta un importe de 100 mil euros. Solamente la confianza en que el Estado protegerá los ahorros de la gente y no la solvencia de los bancos permite su supervivencia.

Aunque la propaganda oficial intenta evitar la difusión de esta información, todas las entidades han precisado de ayudas públicas en mayor o menor medida porque la insolvencia habitual de las mismas se precipita en escenarios de crisis como la que vivimos en la actualidad. Culpabilizar únicamente a una parte del sector, concretamente a las cajas de ahorro, de la debacle no es más que un argumento interesado que no pretende otra cosa que salvar a los grandes bancos a costa de la fagocitación de las cajas de ahorro. Y todo ello realizado con enormes ayudas públicas.

En el mes de diciembre del pasado año se ha formalizado la última inyección que ha superado los 81 mil millones de euros si sumamos al capital desembolsado en las entidades ya nacionalizadas, las adquisiciones de activos por parte del “banco malo”. No será la última.

Ver Cuadros de ayudas públicas al sector bancario español (Datos actualizados a diciembre de 2012)

http://matoeconomia.blogspot.es/img/ayudabancos.pdf