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marzo 12, 2014

Portugal seguirá sometido al FMI y la UE durante los próximos 20 años

Iturria: Librered.net – 2014/03/09

Portugal seguirá sometido a las políticas capitalistas de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), al menos, durante los próximos 20 años, según afirmó el propio Presidente luso, Aníbal Cavaco Silva.

En este tiempo está previsto que se sigan imponiendo nuevos paquetazos neoliberales, que contemplan despidos masivos de funcionarios, recortes presupuestarios y privatizaciones en la sanidad, la educación y el transporte público, así como reformas laborales para beneficiar al gran empresariado.

El jefe de Estado de Portugal reconoció de esta forma que el país seguirá durante por lo menos dos décadas más bajo el chantaje de estos organismos internacionales.

En 2011, Portugal fue intervenido por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), recibiendo un préstamo millonario a cambio de imponer un conjunto de reformas que están dinamitando los derechos de la clase trabajadora del país en beneficio del gran capital.

El jefe de Estado añadió que la acción del Gobierno estará “condicionada de forma profunda” en los próximos años por las directrices europeas.

El desempleo en Portugal alcanza el 16 por ciento, y la nación está inmersa en una larga recesión.

Recientemente, el inicio de clases en Portugal se vio gravemente afectado por recortes educativos. Medios locales reseñaron que en el país no solo hay escuelas sin suficientes profesores sino que a la vez miles de maestros están sin trabajo o en paro.

Desde la imposición de estas medidas, el país ha sido escenario de huelgas generales y masivas protestas en las calles exigiendo la renuncia del Gobierno y la ruptura de relaciones con el FMI y la UE.

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May 23, 2013

Nueva dieta: escarabajos, chinches, moscas… y esclavitud

Iturria: Rosa María Artal – 2013/05/22

Escarabajos, orugas, abejas, hormigas, grillos, cigarras, saltamontes, libélulas, chinches o moscas. La FAO ha encontrado una solución al hambre en el mundo: comer insectos. Estima esta organización de Naciones Unidas que muchas especies tienen tantas proteínas como la carne y que su producción es barata. Anima a su consumo, tanto por seres humanos como por animales. Muchos países con gran parte de población sin apenas recursos ya los utilizan y el informe imagina un futuro aún más prometedor: “En los países en desarrollo, los miembros más pobres de la sociedad [nótese que este menú «tan saludable y nutritivo» no es para ricos]  pueden participar en la recolección, el cultivo, el procesamiento y la venta de insectos. Estas actividades pueden mejorar directamente sus propias dietas y proporcionar ingresos en efectivo a través de la venta de los excedentes de producción”, dicen.

Seguramente la FAO tiene razón, la dieta humana ha incorporado muchas especies a su alimentación a lo largo del tiempo y los insectos, como la más prolífica y extendida, representan una fuente inagotable. Aún. Porque no hemos de olvidar que también se trafica y especula con la necesidad humana de comer. Incluso cotiza en bolsa. En concreto y más que en ninguna otra en la de Comercio de Chicago, CBT (Chicago Board of Trade) especializada desde 1848 en “negociación de contratos en el comercio de bienes básicos agrícolas”. Tampoco se libran los alimentos de “productos financieros” de esos que compran y venden sin recibir mercancía alguna.

En un mundo en el que sobra y se desperdicia la comida, la primera gran crisis alimentaria –tras décadas de suaves descensos- estalla en 2008, pocos meses antes de la gran crisis financiera. Y se reproduce con dureza en 2010, cuando la FAO refleja un 39% de subida en sólo un año, con mayor incidencia en cereales, aceites y grasas, que superaron el 71%. Como los tsunamis siempre se organizan en un punto y luego se extienden –aunque la conciencia popular lo obvie- este enorme saqueo social fue uno de los detonantes de la revolución en la primavera árabe.

Por tanto, cuantos más productos ofrezcamos “al mercado”, más “oportunidades de negocio”. Habrá que ser más imaginativos. Aunque púdicos y políticamente correctos ojos no puedan seguir leyendo. El problema es acuciante. ¿Que hay que buscarse chinches en el pelo para freírlas con patatas o cazar moscas en todos los lunes al sol? Antes que no comer, cualquier cosa, dirán muchos. También estamos brindando a la usura el empleo porque  igualmente antes que morirse de hambre sin trabajo preferible es… morirse de hambre trabajando. Uno está más entretenido, que es de lo que se trata.

Esto viene de lejos y se reproduce siempre que la ciudadanía hace dejación de su dignidad consintiendo la codicia de unos pocos. En 1729, sí, siglo XVIII, el escritor irlandés Jonathan Swift escribió  su “ Modesta proposición… para acabar con el hambre en Irlanda. Su propuesta –irónicamente trágica- conmocionó a la sociedad de la época muy alarmada porque desgranaba cómo los niños podían ser un alimento de lo más rentable, una solución al problema: “ Me ha asegurado un americano muy entendido que conozco en Londres, que un tierno niño sano y bien criado constituye al año de edad el alimento más delicioso, nutritivo y saludable, ya sea estofado, asado, al horno o hervido; y no dudo que servirá igualmente en un fricasé o un ragout”.

No, niños no, pobrecitos, aunque ya lo sean y hayan dejado de considerarse fetos a proteger. Pero mientras llega hasta bañarnos los pies la ola de la avaricia extrema podemos ir pensando en nuevos productos destinados al consumo. Hay uno del que todos disponemos –en mayor o menor medida- según la ingesta de alimentos: la mierda. Yo creo que convenientemente procesada –por empresas privadas naturalmente- se puede reciclar también. Es asequible, muy eficiente y susceptible de ahorro general. No resulta tan descabellado, IKEA –esa gran pionera- ya se adelantó al incluirla en sus tartas de chocolate.

O podemos comernos unos a otros. Otro escritor, el estadounidense conocido como Harry Harrison, publicó en 1966 la novela que daría origen a la película (de 1973) Soylent Green. Imaginaba en ella un futuro -entonces lejano- que hoy encontramos asombrosamente cerca: 2022. Un Nueva York atestado de mendigos hacinados. Sólo la élite minoritaria –como siempre- tiene acceso a alimentos básicos y nutritivos como la carne y las verduras. A la mayoría les reparten Soylent Green –hecho de ese plancton que comen sin esfuerzo los percebes – y Soylent Red… que un día llegarán a saber, estupefactos, de qué se compone. Sí, todo se recicla. Es más productivo.

Llevamos los 5 años de la crisis advirtiendo, desgañitándonos, de un futuro que se cumple inexorable. La UE acaba de decretarnos “austeridad” hasta final de la década en sus nuevos presupuestos. A todos, pero más a los países “malos”, como el nuestro. No nos faltaba más que alimentarnos de insectos  como solución. Su captura y elaboración en las nuevas granjas de la miseria. En España los dirigentes actuales se están comiendo también… el Estado (con auténtica saña sus Servicios Públicos), la gallina de todos los huevos. ¿Todavía seguirán soñando algunos que la crisis se resuelve así? ¿Aún espera alguien que los depredadores devuelvan y repartan su botín?

La crudeza del momento exige reflejar esta amarga realidad tal cual es. Pero también sus soluciones. Nada fáciles, insisto. No tan “fáciles” como abrir la boca y que entren las moscas por todo alimento. Ni siquiera tan “difíciles” como seguir aguantando, resistiendo, los atropellos de esta inconmensurable estafa. Hay que echar a la Europa azul de sus mayorías en la UE. Con los votos. Eso no representa un enorme esfuerzo físico. Y a los dirigentes de cada país que desean, amparan y ejecutan estas políticas. Y, posiblemente, juzgarlos, para que sean ellos los que atrapen moscas “a la sombra”. No hay más. Es cuestión de supervivencia. ¿Y no habla de eso la FAO? Ingerir justicia, cordura y valor, en lugar de cucarachas.

marzo 27, 2013

Deuda: Licencia para recortar

Iturria: Pablo Elorduy / diagonalperiodico.net – 2013/03/19

EL ESTADO PAGARÁ UNOS 48.000 MILLONES DE EUROS ANUALES HASTA 2020 POR EL VENCIMIENTO DE LA DEUDA

¿Cómo comienza otro artículo sobre la crisis de la deuda y su peso en la economía europea? Apuesten a que con la exposición de sus efectos, en concreto de los más recientes, por ejemplo el Real Decreto-ley sobre la Jubilación Anticipada, publicado el 16 de marzo en el BOE. Depende de la dimensión que se le quiera dar, se puede optar por el rescate de Chipre y el efecto dominó que puede desembocar en otra escalada del coste de financiación de los Estados a través de la emisión de deuda pública.

Si no se escoge ese camino, puede tratarse, en primer lugar, del relato de Rajoy dando por superada “la enorme crisis financiera y de deuda pública” durante la presentación del plan de empleo juvenil el 12 de febrero. O quizá, con un dato. El mismo día que el Gobierno anunciaba la reforma de la edad de jubilación e introducía el factor de sostenibilidad para el cómputo de las pensiones –medidas a las que la UE otorga una “creciente importancia”, tal y como viene recogido en el BOE– el Banco de España anunciaba que la Deuda Pública de 2012 es equivalente al 84,1% del PIB español. Es la cifra de endeudamiento más alta desde 1910, y significa que el conjunto de las administraciones adeudan 884.416 millones de euros a distintos acreedores residentes en España (63%), principalmente bancos con su sede social en el Estado español, o residentes fuera del país (37%).

De partida hay una crisis “superada”, según el presidente del Gobierno; dos medidas relacionadas destinadas a satisfacer a la UE –pensiones y empleo juvenil– y fríos datos que apuntan a que durante 2012 la deuda pública creció 15 puntos respecto a 2011.Hay también dos debates parlamentarios en los que dos partidos han expuesto que esa deuda es impagable e ilegítima. El primero, en orden cronológico, lo protagonizó el diputado de IU, Alberto Garzón. El 12 de marzo declaró en el Parlamento que hay una parte ilegítima de la deuda pública y que ésta ya es impagable. El segundo, un día después, de Quim Arrufat en el Parlament de Catalunya, quien hizo una interpelación, que irá acompañada de una moción que se resolverá en abril, sobre la deuda de Catalunya (50.000 millones), que, como Arrufat la ve, es el “el negocio redondo, ya que no se puede recortar y se genera cada año. Es un quiste eterno, la máquina de hacer dinero de los pobres a los ricos”, según ha explicado este diputado de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) a DIAGONAL.

Antes de interpelar al Parlament, Arrufat estuvo reunido con la Plataforma de Auditoría de la DeudaIolanda Fresnillo, activista de este grupo, critica que Izquierda Unida no lo hiciera y que propusiese un examen del agujero llevado a cabo por expertos del Banco de España. En un contexto en el que las quitas o rebajas de la deuda llevan aparejadas medidas como el ajuste de las pensiones anunciado el 15 de marzo, la propuesta, para Fresnillo, tiene que pasar por un examen para el que, las fuentes consultadas coinciden, no existen estándares fijos, ya que nunca se ha formado el tribunal internacional de la deuda reclamado históricamente por movimientos sociales de todo el globo. Se debe llevar a cabo una “auditoría integral -explica Fresnillo- “que incluya impactos de género, ambientales y que cuente con la participación ciudadana. La auditoría no será si no es ciudadana, no de expertos ni tecnócratas”.

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Fábrica de deuda

El Observatorio Metropolitano de Madrid sostiene que existe una relación entre los repuntes del mercado bursátil y el descenso de la prima de riesgo. Así, en julio, cuando el diferencial con el bono de deuda alemana alcanzó su tope, las 35 principales cotizadas en el parqué madrileño caían a niveles de la era prechampions de Zapatero, hasta por debajo de los 6.000 puntos. La pregunta, plantean desde el Observatorio Metropolitano ,“es si hay fundamentos sólidos para saber si va a haber un crecimiento bursátil”. No es el único factor que el Observatorio Metropolitano detecta. La guerra de divisas internacional, que sostienen principalmente el euro y el dolar, tuvo otro episodio con el rescate salvaje de Chipre, que ha hecho caer al euro en relación a la moneda estadounidense después de unos meses en los que la divisa europea había mantenido su pujanza, merced a la devaluación interna llevada a cabo a través de la caída de los salarios en la Eurozona.

En cualquier caso, si no se produce otra clase de arreglo político, queda la deuda como valor refugio y como garantía de pago. Carlos Pereda, del Colectivo IOÉ, explica a este periódico que “se prevé una media anual de 48.000 millones de euros de vencimientos de deuda pública” en el periodo que va de 2013 hasta 2020. Esta cifra se puede comparar conel monto que el Gobierno plantea ahorrar con su reforma de la edad de jubilación, 2.400 millones hasta 2027, o con los 9.579 millones de presupuesto de un ministerio como el de Agricultura y Medio Ambiente.

“Cuando las entidades financieras habían perdido nichos como la inversión en bolsa y el ladrillo, la deuda se convierte en valor refugio, el problema para los grandes bancos es conseguir que sea un mercado de alto rendimiento”, explican desde el Observatorio Metropolitano. La herramienta para llevarlo a cabo es a través de las percepciones de las tres Agencias de Calificación de Riesgos, Standard and Poors, Moody’s y Fitch, agentes privados insertados en las economías públicas, cuyo modelo de negocio “no tiene por objetivo reducir la deuda de empresas, países o inversores”, explica el filósofo y periodista Werner Rügemer en su libro Las agencias de Calificación, publicado por Virus: “Lo único que desean es que los deudores puedan cumplir con sus obligaciones bajo cualquier circunstancia. Nos encontramos ante una fábrica profesional de generar deuda”.

El papel del Estado

El Grupo de Economía de Sol impulsó en Madrid la semana por la Europa de las personas, contra la Europa de los mercados, que coincidió con el Consejo Europeo celebrado a mediados de marzo. Liliana Pineda explica que desde hace dos años Economía Soldenuncia el papel de las agencias de calificación en la crisis de la deuda. “Hay una delegación inaudita e ilegítima de un control, el del endeudamiento, que debería ser público”, denuncia Pineda, quien critica al Banco Central Europeo por permitir que las agencias de rating operen bajo normativas laxas en la generación de productos financieros derivados, que las agencias “imponen a los Estados con la connivencia de sus bancos centrales”.

El caso de Chipre ha devuelto a primer plano el debate acerca del papel de la Unión Europea en una crisis que ya consume su quinto aniversario. La quita de la deuda a través de la intervención de los depósitos de la población ha tenido como consecuencia un repunte de 20 puntos de las primas de riesgo de España e Italia. Con unas vías de beneficio taponadas, la deuda sólo funciona como valor refugio a través de los Estados, convertidos en “garantes de la seguridad y agentes expropiadores”, en palabras de Werner Rügemer, y unas instituciones europeas diseñadas para seguir fielmente este modelo. “Esta socialización de deudas privadas puede ir a más en los próximos meses”, advierte Fresnillo, quien cree que  Rajoy, al dar por finalizada la crisis de deuda “no se dirigía a nosotros, sino a los mercados”.

Y quien dice mercados dice acreedores, pero, ¿qué se debe y a quién? Según el economista y miembro de Attac François Chesnais, “cuando bancos y hedge funds prestan a los Estados comprando los Bonos del Tesoro emitidos por los ministerios de finanzas, se trata de sumas ficticias que se ponen a disposición en base a la red de relaciones y transacciones interbancarias”. Es decir, se generan unos valores financieros cuyo peso en la economía actual es entre tres y cuatro veces superior al del PIB Mundial: por cada dólar que genera la llamada “economía productiva” hay cinco dólares en títulos.

Quim Arrufat pone un ejemplo sobre el que trabaja la CUP: “Cada año hasta 2035 Catalunya pagará unos 1.100  millones de euros en pagos diferidos de carreteras y obras públicas que se hicieron financiadas por las empresas. La suma es tres veces más cara que el coste real presupuestado”. Por eso, Arrufat denuncia que en el Parlament  “faltan escaños en los que se sienten los Consejos de Admi­nistración, las constructoras y los bancos que poseen la mayoría de las emisiones de bonos”.

La situación de Catalunya, explica este diputado, es más compleja, ya que la Comunidad no tiene mecanismos de recaudación. No obstante, aunque la Administración central sí los tiene, la deriva no hace sino reforzar la financiarización de la economía. Desde el comienzo de la crisis en 2007, los impuestos que pagan en España las cotizadas del Ibex 35 han caído desde el 21,21% hasta el 16,42 % que pagaron en el último año del que hay datos, 2011.

Por eso, como insisten las organizaciones que reclaman el impago o la auditoría de la deuda, ésta debe estar acompañada siempre de otras medidas fiscales que cuestionen las bases del modelo económico. “El concepto de deuda ilegítima es político y no está cerrado”, explica Iolanda Fresnillo, “es la ciudadanía la que tiene que marcar las líneas rojas”, concluye.

El Gobierno endurece la jubilación

El Gobierno aprobó el 15 de marzo un Real Decreto-ley sobre la edad de jubilación que endurece las condiciones para optar a la jubilación anticipada. Así, será necesario haber cotizado a la Seguridad Social  33 años –hasta ahora eran necesarios 30– para poder optar a retirarse antes de los 63 años. La edad mínima también se ha visto aumentada a través de este Real Decreto 5/2013. Hasta ahora las personas de 61 años podían optar por esta fórmula, a partir de la nueva normativa la edad queda fijada en 63 años, cuatro menos de la edad “estándar” de jubilación, fijada en 67 años tras el acuerdo social firmado por Gobierno del PSOE, sindicatos y patronal en abril de 2011. Las trabas al acceso a la jubilación parcial, por las que se aumentan las horas mínimas en los centros de trabajo y la edad mínima para optar a esta modalidad, son otras de las medidas que incorpora este Real Decreto, que vuelve a invocar el mantra de la “sostenibilidad de las pensiones” y la exigencia de adecuación a los planteamientos de la Unión Europea. Los sindicatos de concertación critican que la medida se ha tomado sin el acuerdo del Pacto de Toledo y saltándose las bases del acuerdo de 2011.

febrero 28, 2013

Las causas reales de los recortes

Iturria: Vicenç Navarro / Publico.es 2013/02/28

Uno de los argumentos que se dan con mayor insistencia para justificar las políticas públicas de recortes de gasto público, incluyendo gasto público social, es que los Estados se están gastando mucho más de lo que pueden hacerlo. Desde esta postura se argumenta que los gastos en pensiones, en sanidad, en educación, en servicios sociales, en escuelas de infancia y una larga lista de transferencias y políticas públicas del Estado del Bienestar han  alcanzado dimensiones que no son sostenibles para las arcas del Estado, sean éstas del gobierno central o de las Comunidades Autónomas (CCAA). De acuerdo con tal teoría, el gobierno español ha tomado la decisión de recortar nada menos que 39.000 millones de euros en 2013 que van a afectar muy negativamente a los componentes citados del Estado del Bienestar de España y de sus Comunidades Autónomas, incluyendo Catalunya. Los recortes impuestos por el gobierno central a las CCAA -que son las que gestionan la mayoría de los servicios públicos de tal Estado del Bienestar- representan un ataque frontal (y no hay otra manera de describirlo) a estos servicios públicos, que ya están entre los menos financiados de la UE-15, el grupo de países de nivel de desarrollo semejante al español, incluyendo el catalán. El gasto social (predominantemente público) por habitante en España y en Catalunya está entre los más bajos en tal comunidad. La media de la UE-17 (que es la UE-15 más Eslovaquia y Estonia) fue de 8.030 unidades de poder de compra en 2010, mientras que en España fue de 6.284 y en Catalunya de 6.563. Es decir, que tanto España en su conjunto como Catalunya gastan en protección social aproximadamente una quinta parte menos de lo que gastan los países con semejante nivel de desarrollo.

El argumento de que nos hemos estado gastando más de lo que podemos gastarnos carece pues de credibilidad científica. Mientras que el nivel de riqueza de España y Catalunya fue el 91% y el 110% del PIB del promedio de la UE-15 respectivamente, el gasto social por habitante fue sólo del 78% y del 82% del promedio de tal comunidad incluyendo también Estonia y Eslovaquia. Tanto España como Catalunya son lo suficientemente ricas como para gastar muchos más recursos de los que gastan en su Estado del Bienestar. Lo que ocurre es que el Estado no los recoge. Los ingresos al Estado y a la Generalitat de Catalunya son más bajos de lo que les correspondería por el nivel de riqueza que tales países tienen. Mírese como se mire, el hecho es que los recortes no pueden justificarse porque nos gastemos demasiado.

La causa de tales recortes hay que buscarla en otro lugar. Y éste es, precisamente, en el enorme poder que las entidades financieras tienen, tanto en Catalunya y en España, como en la Eurozona, donde recae la responsabilidad por tales recortes. Veamos los datos. A la vez que el gobierno español quiere recortar 39.000 millones de euros, el mismo gobierno tiene pensado gastarse 38.589 millones de euros sólo en pagar los intereses de la deuda pública, intereses que han sido artificialmente elevados como resultado del diseño del sistema financiero de la Eurozona. Si el Banco Central Europeo (BCE), y antes el Banco de España, hubieran prestado desde 1989 al Estado español dinero a los mismos intereses a los que el BCE lo ha prestado a la banca privada, la deuda pública española sería hoy un 14% del PIB, en lugar del 90%. El Banco Central Europeo no es un Banco Central sino un enorme lobby de los intereses financieros. De ahí que preste dinero a un 1% a la banca privada y que sea ésta la que con este dinero compre bonos del Estado español a unos intereses del 6% y del 7%. Un negocio redondo y que la población paga a base de recortes y recortes del gasto público, incluyendo el social. Ésta es la razón de que haya tantos recortes. Y todo un tinglado ideológico se ha construido y promovido por los medios de mayor difusión a fin de justificar tal realidad. Así de claro.

Vicenç Navarro: Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

enero 17, 2013

Error tras error ante la crisis económica

Iturria: Carlos Berzosa — Consejo Científico de ATTAC España – 2013/01/15

Las inadecuadas políticas económicas tienen unos elevados costes sociales y económicos, de modo que dejan a muchos damnificados por el camino. La responsabilidad, por tanto, de los dirigentes políticos, económicos, y economistas que avalan determinadas actuaciones, es muy elevada en los daños causados a tantas gentes que sufren el paro, la disminución de su nivel de vida, y la pérdida de derechos laborales, sociales y políticos. La ligereza con la que se está actuando no deja de ser llamativa, pues parece que no hay nadie que sea responsable de lo que está sucediendo.

El desencadenamiento de la crisis actual fue el resultado de acciones de política económica que favorecieron la desigualdad, la desregulación y la primacía de las finanzas. Se fomentó un marco de actuaciones de los agentes económicos en el que la hegemonía del mercado sobre la intervención pública se impuso. Se posibilitó, en mayor medida que en otros tiempos, el abuso, el fraude, el engaño, y los excesos cometidos por determinados segmentos del capital inmobiliario y financiero, preferentemente pero no sólo, que han conducido a la Gran Recesión.

Una vez desencadenada la crisis económica, los desatinos a la hora de atajarla han sido muchos, lo que ya hemos puesto de manifiesto en más de una ocasión en estas páginas. Todas estas actuaciones erróneas han agravado más las cosas de lo que tenían que haber sido, con lo que el sufrimiento para muchas gentes se ha acentuado, mientras que los ricos se van haciendo cada vez más ricos. Este proceso lo pone de manifiesto con gran claridad Bauman: “Todas las medidas emprendidas en nombre del “rescate de la economía” se convierten, como tocadas por una varita mágica, en medidas que sirven para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres”. (‘Esto no es un diario’, Paidós, 2012).

Todo esto que decimos, adquiere mayor gravedad cuando se reconocen errores en la gestión de la crisis y se pide disculpas por ello, como si los que han sido víctimas de las medidas tomadas pudieran rehacerse de los daños causados por actuaciones incorrectas de los dirigentes políticos, responsables de los organismos económicos internacionales, y economistas influyentes. Así, de este modo, leemos que el Fondo Monetario Internacional (FMI) lleva unos meses advirtiendo de que las políticas de austeridad generan contracción económica y aumento del desempleo. Una afirmación de esta naturaleza se basa en la observación de lo que está sucediendo en la Unión Europea, pero sobre todo en un estudio, al que hace referencia Krugman en su libro ‘¡Acabad ya con esta crisis!’ (Crítica, 2012), de investigadores del FMI en el que han identificado no menos de 173 casos de austeridad fiscal, en los países avanzados, durante el periodo comprendido entre 1978 y 2009. La constatación fue que las políticas de austeridad conducían a lo que ya hemos dicho, esto es, a la contracción económica y el aumento del desempleo.

Lo más grave, sin embargo, se produce cuando el prestigioso macroeconomista y economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, tiene que reconocer que se han equivocado en el cálculo del multiplicador fiscal a la hora de estimar las consecuencias que una reducción del gasto público tiene sobre la actividad económica. Los efectos son mucho más negativos que los que habían establecido en un principio, lo que explica la fuerte contracción económica que está teniendo lugar y que afecta en gran medida a países como España. ¿Y ahora qué? Cabría preguntarse cuando gran parte de los daños causados ya están hechos.

Resulta escandaloso y vergonzoso que un organismo como el FMI, que tiene gran legión de economistas muy bien retribuidos, se equivoque en una estimación de estas características, lo que lógicamente tiene que llevar a pedir responsabilidades, sobre todo cuando una de las fuentes de financiación del FMI proviene de las cuotas de los países miembros, y que en definitiva pagamos los ciudadanos. Esto sin haber mencionado los elevados sueldos y pensiones que se embolsan los principales responsables de esta institución, fundamentalmente el director gerente. ¿Por qué se les paga tanto? cabe preguntarse, ¿por equivocarse en la mayor parte de las ocasiones? No deja de ser una paradoja que sean los ciudadanos que con sus impuestos financian en gran parte a esta institución, los que a su vez sean las víctimas de sus recomendaciones de política económica. De esto saben, y mucho, las gentes de los países subdesarrollados.

Un error de esta naturaleza pone en cuestión, además, el prestigio de la profesión de los economistas, que ya se encuentra en gran parte desacreditada. No sería justo considerar, en todo caso, que este desprestigio debe afectar a todos los economistas, pues como saben muy bien los seguidores de esta publicación los que intervenimos en ella hemos sido críticos con las políticas de ajuste puestas en marcha por la Unión Europea y avaladas por el FMI. No todos los economistas se encuentran en el error, aunque sus opiniones no sean tenidas en cuenta por los que toman las decisiones.

A los que, no obstante, se dejan seducir por determinados perfiles académicos de economistas españoles que publican en medios de comunicación influyentes, sobre todo cuando son profesores de universidades extranjeras y de prestigio, hay que decirles que no se obnubilen por ello, sino que atiendan al rigor de sus explicaciones. En la mayor parte de los casos, lo que se evidencia, a medida que transcurre la crisis, es su incapacidad para comprenderla por ser, además, prisioneros de unas ideas económicas erróneas que no son capaces de vencer. Así nos va, de error en error, propiciados por los grandes dirigentes políticos, las élites empresariales, y por economistas influyentes en el poder. Todo esto conduce al desastre y a una situación que resulta a todas luces escandalosa.

diciembre 13, 2012

La causas reales de las políticas de austeridad

Iturria: Vicenç Navarro – 2012/12/13

En un artículo reciente indiqué que las medidas que se están tomando para racionalizar el sistema financiero en la Unión Europea no están teniendo un impacto en la resolución de la Gran Recesión que la Unión Europea está experimentando (“¿Qué está ocurriendo en la Eurozona?, Sistema 30.11.12). Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía española descenderá un 1,5% del PIB, la italiana un 2,3%, la portuguesa un 3%, la griega un 5,2%, la británica un 0,6%, la alemana un 0,9% y la francesa un 0,1%. Para el promedio de la Unión Europea, las predicciones de crecimiento económico son nulas, como señala la Comisión Europea. En realidad, se calcula que el descenso de la economía europea será de un 0,4% de su PIB. Un mal presente y un futuro peor. Las reformas financieras parecen no estar mejorando la situación. Antes al contrario, muchas de las medidas que se están tomando para mejorar el sistema financiero, están empeorando, en lugar de mejorando, la situación económica. El énfasis del Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Europea en continuar las políticas de austeridad es un claro ejemplo de ello. Se argumenta que la disciplina fiscal (reducir el déficit público de los Estados) es clave para recuperar la confianza de los mercados financieros. De ahí que, como consecuencia, se están realizando más y más recortes en las transferencias y en los servicios públicos del Estado del Bienestar.

La inmensa mayoría de trabajos científicos creíbles muestran el profundo error de tales políticas. En realidad, tales políticas de austeridad han sido las responsables de que se vaya cayendo más y más en esta Gran Recesión. Y la causa de que ello sea así no es nada difícil de entender. El gran descenso de las rentas del trabajo en la mayoría de países del mundo occidental (y muy en especial Norteamérica y Europa occidental) ha creado un enorme problema de escasez de demanda, que aún cuando fue paliada, en parte, debido al enorme endeudamiento de la población (endeudamiento que benefició a la banca), ha llegado a un límite que ha paralizado el crecimiento económico. Pero la disminución de las rentas del trabajo se ha hecho a costa del enorme crecimiento de las rentas del capital y de su concentración en unos sectores de la población enormemente minoritarios (el famoso 1% del Occupy Wall Street Movement). Nos encontramos así con la aparente paradoja que vemos, junto a un enorme crecimiento de la cantidad de dinero existente en manos de unos pocos, una gran escasez de dinero para que la mayoría de la población pueda pagar los bienes y servicios que necesita para mantener su nivel de vida. En realidad, la pobreza está alcanzando dimensiones epidémicas, alcanzando grupos y clases sociales que se habían siempre considerado inmunes a tal escasez de recursos.

Lo que debería hacerse y no se hace
Parecería que lo más lógico es que se repartiera la enorme concentración de dinero para que se transfiriera a la población en general permitiéndoles que compren y atiendan a sus necesidades, recuperándose así la economía. La solución a esta recesión es extraordinariamente fácil de diseñar, si el conocimiento científico fuera el que motivara las decisiones políticas. De nuevo, toda la evidencia científica creíble existente señala que tal concentración de las rentas está dificultando la resolución de la crisis. Y la manera de corregir la concentración es la redistribución de tal dinero. Sólo en EEUU, el dinero acumulado (por la élite económica) durante estos años de crisis es de 2 trillones (americanos) de dólares. No hay, pues, falta de dinero. Su redistribución hacia las clases populares resolvería rápidamente el problema de falta de demanda en EEUU.

Que ello no se haga se debe al enorme poder que tiene este 1% de la población en cada país y las alianzas que se establecen entre ellos en varios países. Los argumentos que constantemente se dan, incluso por autores de izquierda, para explicar porqué no se hace tal redistribución y se estimule la demanda, es que los economistas que dirigen o aconsejan estas políticas de austeridad son incompetentes o ignorantes, argumentos que no son creíbles. Otro argumento que se ha utilizado es que tales economistas están imbuidos de una ideología, la ideología neoliberal que practican y promueven con una fe mancada de base empírica que la sustente. Pero tal argumento ignora que la fe siempre se reproduce porque beneficia a los que la promueven y sustentan. Hay intereses muy poderosos –para los cuales tales economistas trabajan- que apoyan la austeridad. Uno de ellos es el capital financiero, pues la expansión económica, que resultaría de las políticas redistributivas, afectaría la inflación. Y el enemigo número uno de la banca es siempre la inflación. Si el lector tiene 100 euros y la inflación anual es de un 10%, al final del año, su billete de 100 euros únicamente tiene un valor de 90 euros en comparación con los iniciales. Y la banca tiene billones de euros. Eso significa que ligeras variaciones de la inflación pueden tener impactos sumamente negativos para el capital financiero. De ahí que las políticas de austeridad que se están imponiendo en la Eurozona (y utilizo la expresión imponiendo porque en ninguno de los países donde tales políticas se han llevado a cabo éstas estuvieron en los programas electorales de los partidos gobernantes), y que están dañando el bienestar de la mayoría de la población, hayan sido las escogidas por el sistema de gobierno del euro (el Banco Central Europeo y también la Comisión Europea), enormemente influenciado por el capital financiero europeo (y muy en especial el alemán). Estas políticas han sido muy exitosas para tal capital financiero. La inflación en el promedio de la Eurozona ha sido alrededor del 2% por año, el objetivo que se diseñó cuando se estableció el euro (en noviembre fue el 2,2%).

Otras causas de las políticas de austeridad
Pero hay otra razón por la cual se continúan las políticas de austeridad. Y es que la enorme cantidad de dinero que se está utilizando por parte de la banca en prácticas especulativas tiene también sus elevados riesgos, como la banca es bien consciente. De ahí que lo que desea es buscar nuevas áreas de inversión que no sean especulativas, tales como la Seguridad Social y los servicios públicos del Estado del Bienestar. Se necesitan, pues, medidas de austeridad que empobrezcan las transferencias públicas (como las pensiones) y los servicios (como sanidad o educación), y que estimulen su privatización. Ello ofrece nuevas posibilidades para la banca y para las compañías de seguro de realizar amplios beneficios en actividades menos arriesgadas que las especulativas. Esta es la explicación de las medidas de austeridad. Y si no se lo cree, mire quien se está beneficiando de las privatizaciones de la sanidad en Catalunya, la Comunidad Autonómica de Madrid, donde tales políticas de privatización han sido más acentuadas. Entre muchos intereses financieros, existen inversiones de alto riesgo, compañías de seguro, consultorías afines al capital financiero y un largo etcétera. Es la “americanización de la sanidad”, es decir, la extensión del modelo sanitario estadounidense gestionado por las compañías financieras con afán de lucro, que han determinado el sistema sanitario más caro, más ineficiente y más impopular de los sistemas sanitarios existentes. En EEUU el sector sanitario es un campo de expansión del capital financiero. Y este es el objetivo de las políticas de austeridad en Europa (ver mi libro Medicine under Capitalism para analizar las consecuencias de este sistema de financiación de la sanidad).
Otra causa de la persistencia de tales políticas de austeridad es que está debilitando al mundo del trabajo y a los sindicatos. El caso español es un caso claro. Por primera vez en época democrática, las rentas del capital superan a las rentas del trabajo. Y la enorme influencia del capital financiero junto con la patronal, en el estamento político gobernante, hace y explica que, a pesar del descenso de la demanda y del escaso crecimiento económico, las rentas del capital continúen creciendo, ayudados por unas políticas fiscales que garantizan sus amplios beneficios (ver mi artículo “El “expolio” social del que no se habla”. Público. 06.12.12). La alianza del capital con el Estado garantiza la prioridad de unas políticas que, mientras benefician a una minoría de la población, dañan enormemente el bienestar de la mayoría.

No es sólo el 1%
Cuando escribo una minoría no me refiero sólo al 1% al cual el movimiento Occupy Wall Street hace referencia. Este 1% (los propietarios y controladores del gran capital) tiene un poder decisivo y determinante. En realidad, su porcentaje sobre la población, tanto en EEUU como en España, es mucho menor que el 1%. Pero este grupo controla los medios que configuran lo que uno de los analistas más agudos de las sociedades capitalistas, Gramsci, definió como hegemonía ideológica, que incluye desde las escuelas y las academias hasta los medios de información y persuasión, y que determinan la sabiduría convencional del país, que incluso hoy, tras tanto dolor y daño causado en la población, continúa dominando: el neoliberalismo. Toda una batería de fundaciones, centros de estudios o proyectos de investigación, están financiados por el capital, y muy en particular por el capital financiero. Los mayores bancos del país tienen centros de estudios, organizan conferencias, financian diarios y revistas llamadas científicas, donde el dogma se reproduce y se promueve a través de amplias cajas de resonancia, medios radiofónicos o televisivos, o prensa escrita, a su vez endeudada y dócil a tales poderes. El 1% para poder mandar necesita el aparato ideológico que lo sustente, Y de ahí que, a pesar del daño que tales políticas están causando, se continúen promoviendo.

diciembre 13, 2012

El Gobierno de Portugal quiere reducir la indemnización por despido a 12 días por año

Iturria: 20minutos.es – 2012/12/13

  • El Gobierno luso intenta cumplir así con las condiciones del rescate financiero concedido por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
  • Los técnicos de la troika detallaron sus exigencias e instaron al país a rebajar esta compensación a un período de entre ocho y doce días.
  • Las nuevas indemnizaciones entrarán en vigor en 2013.

El Gobierno portugués quiere volver a bajar en 2013 las indemnizaciones por despido, de 20 a 12 días por año, para cumplir las condiciones del rescate financiero concedido por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En declaraciones a los periodistas, el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, precisó este miércoles que la reducción de la indemnización, la segunda en poco más de un año, se negociará con los agentes sociales antes de presentarla al Parlamento, donde el Ejecutivo conservador tiene mayoría absoluta.

El Gobierno luso ya avanzó en diciembre de 2011 que tenía intención de aprobar esta reforma, aunque finalmente la ha postergado hasta el próximo año. En el memorando de entendimiento original acordado en mayo de 2011 con la «troika», que integran la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, Portugal se comprometió a reducir sus indemnizaciones laborales e «igualarlas a la media europea».

En revisiones posteriores, los técnicos de la troika detallaron sus exigencias e instaron al país a rebajar esta compensación a un período de entre ocho y doce días. «El Gobierno asumió el compromiso de legislar y escogió el límite superior para causar la menor polémica posible. Se trata de un valor acordado con la UE y el FMI en base a los estudios realizados», defendió Passos Coelho.

Las nuevas indemnizaciones entrarán en vigor en 2013, de acuerdo con las previsiones del líder conservador, cuyo Ejecutivo ya aprobó una primera bajada de las compensaciones en noviembre de 2011. Entonces, esas compensaciones pasaron de 30 a 20 días por año trabajado para los nuevos contratos con un límite de doce meses, medida que perseguíamejorar la «flexibilidad laboral» en el país, en palabras del propio Gobierno.

La troika consideró que Portugal tenía una de las legislaciones europeas más proteccionistas con los trabajadores, que hacía su mercado laboral demasiado rígido, y propuso modificarla bajo la premisa de que abaratar el despido fomentaría la contratación.

Pese a estar previsto en el memorando, el anuncio de Passos Coelho generó de inmediato críticas de los sindicatos y la izquierda, entre ellas las del principal grupo de la oposición, el socialista, que denunció la inexistencia de análisis fiablessobre cuántos son los días de indemnización laboral media en la UE.

«Hasta el momento, no se ha presentado ningún estudio que justifique este corte a doce días. En el memorando firmado con la troika se habla de igualar, pero no se precisa el número de días por año», recalcó en declaraciones a los medios lusos el diputado Nuno Sá. El parlamentario justificó así sus críticasa la medida laboral vinculada al rescate de Portugal, que pidió y negoció el año pasado el Gobierno socialista de entonces.

Varios economistas y los principales sindicatos argumentaron igualmente contra una reducción tan fuerte de las indemnizaciones, y recordaron que el salario medio en Portugal, de unos 17.000 euros anuales, es uno de los más bajos de toda la UE, al igual que el gasto del Estado en subsidios sociales y ayudas a los desempleados.

La propuesta del Ejecutivo luso de rebajar la indemnización a doce días ha ido también más allá de las tesis defendidas por la patronal, que en 2011 reclamaba reducir la compensación por despido a unos 15 días por año de antigüedad.

noviembre 8, 2012

La estafa de la deuda pública

Iturria: Vicenç Navarro / Publico.es – 2012/10/30

Según el pensamiento dominante en los establishments financieros, políticos y mediáticos que configuran la sabiduría convencional en el conocimiento económico, la deuda del Estado español (aproximadamente un 90% del PIB) se debe al excesivo gasto público realizado en el país durante los años de bonanza en los que se despilfarró el dinero público. Y para confirmar tal aseveración se citan casos como el del AVE, que en muchas partes de España apenas tiene pasajeros, o las carreteras que no llevan a ninguna parte y muchos otros ejemplos de derroche de dinero público que –según la sabiduría convencional- nos han llevado a la crisis actual. Un indicador de tal crisis es la elevada prima de riesgo que el Estado español tiene que pagar para poder conseguir dinero de la banca, pues ésta (conocida como los mercados financieros) está dejando de tener la confianza en la capacidad del Estado en poder pagar los intereses de su deuda pública. De ahí la necesidad de recortar gasto público a fin de disminuir el déficit y la deuda pública y recuperar así la famosa “confianza de los mercados”, la frase más utilizada en la narrativa oficial de los gobiernos español y catalán para justificar sus recortes presupuestarios.

La gran estafa

El crecimiento de la deuda pública, sin embargo, tiene muy poco que ver con la supuesta exuberancia del gasto público. En realidad, el gasto y empleo público español, incluyendo el catalán, son los más bajos de la UE-15. Sólo un adulto de cada diez trabaja en el sector público en España (en Catalunya no se llega ni a este ratio). En Suecia, es uno de cada cuatro. La hipertrofia del sector público, que según el dogma neoliberal dominante está ahogando la economía española, es una de las falsedades más notorias que se transmite con mayor frecuencia en los mayores medios de información. Los datos, fácilmente accesibles, muestran precisamente lo contrario. El Estado en España (y en Catalunya) es uno de los más pobres de la Unión Europea de los Quince, UE-15. Ahora bien, los economistas de FEDEA, los gurús mediáticos –como Xavier Sala i Martín y otros- continuarán, contra toda la evidencia existente, subrayando que la raíz del problema que tiene España, incluyendo Catalunya, es su excesivo gasto público, que –según ellos- ha generado el gran crecimiento de su deuda pública.

La causa real del crecimiento de la deuda

La causa más importante (y más silenciada por los medios) de la elevada deuda pública en España ha sido el dominio de la banca –y muy en especial de la banca alemana- y de las fuerzas neoliberales que ésta promueve en el diseño del euro y su sistema de gobierno. Veamos los datos. Tales fuerzas establecieron un Banco Central que no era un Banco Central, sino que era un enorme lobby de la banca. Lo que hace un Banco Central en un país es imprimir dinero y con este dinero compra deuda pública a su Estado, de manera que si los intereses de sus bonos se disparan porque el Estado tiene dificultad para venderlos, el Banco Central entra y compra muchos bonos, con lo cual los intereses bajan. El Banco Central está ahí para defender a su Estado frente a la especulación de los mercados financieros. En contra de lo que se dice y de lo que se escribe, los intereses de la deuda los decide un Banco Central, no los mercados financieros.

Ahora bien, cuando se estableció el euro, el Estado español perdió tal capacidad de imprimir dinero y comprar deuda pública. Se delegó tal autoridad al Banco Central Europeo, que sigue imprimiendo dinero pero no para prestarlo al Estado español (la compra de deuda pública, en la práctica, es un préstamo al Estado), sino para prestarlo a la banca privada a unos intereses bajísimos (menos de un 1%). Y es esta banca privada la que compra deuda pública a unos intereses elevadísimos (un 6% o un 7% en el caso español o italiano). Es un negocio redondo para la banca. El chanchullo del año. La banca, incluyendo la banca alemana, se ha forrado de dinero durante todos estos años. Nunca les había ido tan bien. Chupaban la sangre  (los altos intereses de la deuda pública) al Estado, y cuando éste parecía que iba a desmayarse o morir, entonces (y sólo entonces), el Banco Central Europeo le prestaba dinero al Estado, es decir, le compraba deuda pública para que continuara viviendo, a fin de que la banca privada, como sanguijuela, pudiera continuar chupándole la sangre (es decir, su dinero).

Este entramado, en el que el BCE da dinero a la banca privada a unos intereses bajísimos, se justifica con el argumento de que así se garantiza el crédito necesario para las familias y para las empresas medianas y pequeñas (que crean la mayoría de puestos de trabajo). Pero el crédito ni está ni se le espera. En realidad, a pesar de que el BCE ha dado desde diciembre de 2011 más de un billón de euros (sí, un billón de euros) a la banca privada (la mitad de este billón fue a la banca privada española e italiana), el crédito continúa escaso, pues la banca tenía otras inversiones (como comprar deuda pública) mucho más rentables que la de ofrecer crédito.

Cualquier persona normal y corriente se preguntará, ¿por qué el BCE no prestó este dinero a los Estados de la Eurozona en lugar de prestarlo a la banca para poder financiarse sin necesidad de pagar unos intereses tan elevados a la banca privada? Por extraño que parezca, nadie en la estructura de poder que gobierna la Eurozona se planteó, hasta hace muy poco, esta pregunta. Y ello, como resultado de estar imbuidos en el dogma neoliberal, que es la ideología promovida por el capital financiero, es decir, por la banca (además de las compañías de seguro, fondos de alto riesgo y un largo etcétera).

Si el BCE hubiera prestado el dinero al Estado español, en lugar de éste tener que pedirlo a la banca privada, el Estado hubiera ahorrado muchísimo dinero. El Estado, en lugar de pagar unos intereses al 6%, hubiera pagado al 1% (como pagan los bancos para obtener dinero del BCE), ahorrándose muchísimo, pero muchísimo dinero, sin que hubiera aparecido el problema de la deuda pública, y sin que se hubiera necesitado hacer ningún recorte de gasto público. Hoy, uno de cada cuatro euros que el Estado se gasta va para pagar su deuda pública, predominantemente a los bancos. Si hubiera recibido dinero directamente del BCE no habría habido ninguna necesidad de hacer recortes.

El economista Eduardo Garzón ha calculado (en su artículo “Situación de las arcas públicas si el estado español no pagara intereses de deuda pública”) lo que el Estado español tendría como deuda pública (desde 1989 a 2011) si hubiera tenido un Banco Central que le hubiera prestado dinero al 1% de interés, sin tener que recurrir a la banca privada pagando los elevadísimos intereses que ha pagado. Pues bien, la deuda pública sería hoy un 14% del PIB (sí, ha leído bien, un 14%) en lugar de un 90%. Este es el enorme coste al Estado español de haber tenido el sistema de gobernanza del euro tal como ahora existe, sistema de gobernanza que se diseñó para optimizar los intereses de la banca a costa de los intereses de la población y de su Estado. Hoy España, incluyendo Catalunya, no tendría los problemas que tiene si hubiera tenido un Banco Central propio digno de su nombre, o hubiera tenido un Banco Central Europeo que hubiera sido un Banco Central.

Las injusticias del sistema actual

El sistema de gobierno del euro es, además de sumamente ineficiente, profundamente injusto, pues está originando un proceso redistributivo enormemente regresivo en el que la gran mayoría de la población está pagando con impuestos el pago de los intereses de la deuda pública del Estado, y con ello está transfiriendo a los súper ricos (que compran los bonos a través de los bancos) dinero para pagarles lo que el Estado les debe al haber comprado deuda pública. Esta transferencia de dinero se realiza también a nivel de la Eurozona, de manera que los países que tienen que pagar intereses de la deuda más altos (los países del Sur) los pagan a los bancos del Norte (que han invertido cantidades muy significativas de su capital en comprar deuda pública de tales países que generan unos intereses exuberantes, alcanzando unos beneficios estratosféricos). Alemania tiene 200.000 millones de euros en tal tipo de inversiones en España. En realidad, los famosos 100.000 millones de euros que la Unión Europea puso al alcance de España para “salvar sus bancos” era, en realidad, dinero (aprobado por el Parlamento Alemán) para salvar a los bancos alemanes (tal como han reconocido varios economistas asesores del gobierno alemán) que estaban con el agua al cuello debido a la deuda pública y privada española, ya que tenían pánico a que no les pudieran pagar. Será el pueblo español el que pagará los 40.000 millones que el Estado ha pedido para pagar tal deuda, situación que es profundamente injusta. Si después de leer este artículo usted, lector, no está indignado, es señal de que, o bien es usted parte del problema o es que no me he explicado bien. En este caso, le aconsejo lea el libro de Juan Torres y yo, Los Amos del Mundo. Las armas del terrorismo financiero donde expandimos lo que brevemente presento en este artículo. Pero créame que hay causas para estar más que indignado. Hoy se está desmantelando el escasamente financiado Estado del bienestar en España, incluyendo en Catalunya, para que los bancos puedan comprar su deuda pública, la cual consiguieron diseñando un sistema en que sus beneficios, que afectan a un sector superminoritario (lo que los indignados estadounidenses Occupy Wall Street movement llaman el 1%) se realice a costa de la miseria de todos los demás. Así de claro. Léase el libro y lo verá.

noviembre 6, 2012

Cambios radicales y urgentes o salir del euro

Iturria: Javier Echeverría Zabalza / Attac Navarra-Nafarroa – 2012/11/06

En el término euro incluyo el sistema económico-jurídico-político-institucional que se basa en el Tratado de Maastricht, el Pacto de Estabilidad y el Pacto del Euro, donde se fijan unos estrictos topes de déficit y de deuda; que elimina la soberanía monetaria de los países integrantes sin establecer una política fiscal única ni una convergencia económica; que tiene un entramado institucional y un funcionamiento profundamente antidemocrático. Un sistema en el que funciona un Banco Central Europeo (BCE) que no solo no es un Banco Central (no tiene entre sus funciones el estímulo económico o la lucha contra el paro o la especulación), sino que con sus políticas está fomentando la especulación con la deuda pública de los países más afectados prestando dinero a los bancos al 1% y negándose a hacerlo a los Estados. Una institución que es un poderoso instrumento en manos del lobby de la banca europea, sobre todo alemana, para apropiarse de los recursos de las clases medias y bajas de los países periféricos europeos.

Creo que ha llegado el momento de combinar las críticas que se vienen haciendo del euro con posiciones más fuertes. Soy consciente de que la gran mayoría de la gente damos por hecho que es bueno estar dentro de la Unión Europea (UE) y del euro, porque queremos una Europa unida que supere los traumas del pasado y que suponga un apoyo mutuo para mejorar la vida económica y social de los países y ciudadanía europea. Y esto se da de manera especial en España, debido al drama y aislamiento que supuso la guerra civil y el franquismo. Pero tristemente la realidad actual de la UE-euro concuerda muy poco con ese deseo.

Desde su inicio, la UE y el euro en especial se diseñaron de acuerdo a los intereses del capital financiero europeo. A pesar de las ayudas de los Fondos Estructurales, las asimetrías entre países fueron aumentando por medio del endeudamiento a medida que se desarrollaba la burbuja inmobiliario-financiera. Y una vez desencadenada la crisis, la élite financiero-política europea, y sobre todo la alemana, ha utilizado el euro para imponer, con la excusa de la deuda, una política radical de austeridad en todos los países deudores, que supone un saqueo de los recursos y derechos de su población.

El sistema del capitalismo vive de la entelequia a costa de la ingenuidad del hombre corriente

Si no somos capaces de parar esto pronto, nos arruinarán hasta límites incalculables. Grecia es nuestro horizonte. De hecho, estamos en quiebra. Es imposible pagar la deuda total que tenemos que ronda los 4 billones de euros, de los que solo algo más de un quinto es deuda pública. Y el problema es que no nos podemos defender. La no posibilidad de la devaluación de la moneda hace que dicha devaluación la estén haciendo a través del paro y de los salarios directos (nóminas), indirectos (Estado del bienestar) y diferidos (pensiones). Además, estamos secuestrados. No es que hayamos cedido parte de nuestra soberanía; es que los derechos recogidos en la Constitución en estos momentos es como si no existieran: la última reforma constitucional prioriza el pago de la deuda por encima de todos ellos. De ahí que, junto con factores como los crecientes déficits democráticos que tenemos, necesitemos un nuevo proceso constituyente en este país.

Pero, además, ya va siendo hora de que nos planteemos (a ser posible junto a otros países afectados) presionar, exigir y luchar también por un proceso constituyente europeo que apunte a la construcción de una UE social, democrática y ecológica, en la que la economía sea un medio y no el objetivo único para el enriquecimiento de unos pocos. Si esto no lo podemos desencadenar pronto, hay que empezar a preparar-organizar la salida del euro, también a ser posible junto con otros países afectados, y negarnos a pagar la deuda pública odiosa o ilegítima y a socializar la deuda privada. Sin cambiar radicalmente la actual UE-euro o salirnos de la trampa que supone, iremos irremediablemente al desastre total. Ningún país ha salido de una crisis como ésta con las políticas que nos están imponiendo. En la historia reciente hay muchos ejemplos de plante ante situaciones similares de los que deberíamos aprender.

Hasta ahora, la actitud de los gobiernos de los países periféricos en dificultades ha sido de sumisión total alestablishment europeo. Pero esta actitud política nos conduce al abismo. La sumisión de nuestros dos partidos gobernantes nos ha hecho perder la dignidad como país, y las consecuencias las estamos sufriendo la ciudadanía, no las elites financiero-políticas que han creado este desastre. Es absolutamente necesario tomar una posición fuerte que nos ayude a encarar esta dramática situación con posibilidades de superarla y, en mi opinión, esa posición consiste en cuestionar nuestra continuidad en el euro y en no pagar la deuda a no ser que se hagan los cambios profundos que necesitamos.

¿Qué pasaría si se llevara a cabo la salida del euro de varios países o incluso solo de un país de la entidad de España? Desde luego, nosotros lo pasaríamos muy mal durante un tiempo, pero dudo mucho de que fuera peor de lo que lo vamos a pasar pronto si seguimos así. Por lo menos tendríamos esperanza y también instrumentos con los que hacer políticas encaminadas a salir de este pozo sin fondo. La deuda externa española supone muchos cientos de miles de millones de euros que dejarían de cobrar los bancos europeos e internacionales. Así que no solo lo pasaríamos mal en España y en los países que se salieran de euro; supondría también la ruptura del euro, la quiebra de los países centrales europeos y posiblemente una enorme recesión de la economía mundial (Europa supone el 28% de esa economía). ¿Por qué tenemos que ser sumisos y no plantar cara a las entidades e instituciones que nos están ahogando cuando en realidad ellas, que son las que nos han metido en esto, se están jugando tanto como nosotros, sino más? ¡El problema que tenemos es político más que económico!

Me gustaría que no se tuviera que llegar a la salida o ruptura del euro y mucho menos de la UE, y que pudiéramos construir desde dentro una Unión Europea para los ciudadanos. Pero, primero, eso no lo vamos a conseguir con ninguna actitud sumisa, y segundo, ese deseo no puede ser a cualquier precio. Una posición como la que propongo es la que mejor nos sitúa frente a quienes nos están ahogando desde Europa, la que más nos puede ayudar a cambiar la correlación de fuerzas para una salida alternativa a la crisis y la que mejor nos coloca a la hora de negociar ante la UE y las instituciones internacionales. Cuanto más tardemos en reaccionar, más pobres nos harán y más difícil nos será levantarnos.

octubre 31, 2012

Europa no puede con la crisis: La tasa de desempleo alcanza un récord histórico

Iturria: RT.com – 2012/10/31

Se trata del porcentaje más elevado de paro registrado desde la creación de la zona euro

La tasa de paro de la Eurozona subió dos décimas durante el pasado mes de septiembre, alcanzando un nivel récord de 11,6%, frente al 11,4% previo. Según el economista Mikel Noval, los líderes europeos están haciendo justo lo contrario de lo que deberían para salvar a los países de la profunda crisis.

Mientras tanto, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy al comparecer en el Parlamento para explicar los resultados del Consejo Europeo de mediados de octubre, destacó que la Unión Europea se mueve, pero «desgraciadamente muy lentamente». Además Rajoy calificó de esencial la colaboración de la Unión para que el país ibérico salga de la crisis. «Hay que cambiarlo todo» Según el economista Mikel Noval, lo que tendrían que hacer los líderes europeos es “cambiar radicalmente la política muy equivocada que están haciendo, mejorar la protección social, dejar de dar dinero a la banca y en este sentido modificar las políticas presupuestarias y fiscales. Es decir, hacer justo lo contrario de lo que están haciendo”, subrayó el experto. La semana pasada Madrid se convirtió en el escenario de hasta 80 manifestaciones y paros, que afectan a la circulación en varias arterias de la capital.

Mikel Noval (minutos 1:05 -> 4:15]